Cada capítulo tiene su comienzo y su despedida. El inicio de un nuevo año siempre viene acompañado por las altas expectativas de los nuevos objetivos. Pues bien, el final de un ciclo también merece el mismo protagonismo, incluso aunque el balance del 2018 no haya sido positivo. ¿Cómo cerrar con inteligencia emocional este 2018?

1. Haz balance en tu vida personal

Por ejemplo, puedes hacer inventario de los momentos felices que has experimentado, de las pruebas que has afrontado o de las nuevas personas que has conocido. También puedes reflexionar sobre cómo han evolucionado tus vínculos personales con familiares y amigos.

2. Reflexiona sobre tu vida profesional

En relación con el punto anterior, tómate tu tiempo para hacer balance de tu vida profesional. ¿Qué lecciones has aprendido durante estos meses? ¿Y qué sabes ahora que desconocías hace un año? ¿Qué has descubierto de ti gracias a las vivencias adquiridas?

3. Recuerda el principio del año

Si no anotaste por escrito tus metas de 2018 intenta recordar mentalmente cuáles fueron algunas de esas motivaciones. ¿Qué logros has conseguido? ¿Y qué metas no eran tan importantes como pensabas? ¿Qué opciones descartaste antes de que te dieses cuenta?

¿Cuál es el fin de estas preguntas? Intenta que la profundización en torno a este asunto te permita definir los propósitos del próximo ciclo con mayor realismo y presencia consciente.

4. Afronta algún asunto pendiente

Vive tu vida mirando hacia adelante, pero en tu presente también puedes gestionar asuntos vinculados con el pasado. Por ejemplo, una conversación pendiente, el perdón o un reencuentro personal. Tal vez te apetezca despedir el año intentando tomar alguna decisión relacionada con ese asunto que vuelve a tu mente con cierta frecuencia recordándote que esto es importante para ti.

5. Escribe mensajes de gratitud

Algunas de las tradiciones navideñas también tienen un alto poder emocional. Por ejemplo, si te gusta desear unas felices fiestas a tus seres queridos y amigos, puedes escribir mensajes personalizados en las tarjetas de felicitación. Aunque creas que tus amigos saben que son importantes para ti, disfruta de esta comunicación afectiva que nutre el vínculo.

6. Visualiza cómo sería la Navidad ideal para ti

Una Navidad vista desde tu punto de vista en relación con la felicidad. ¿Qué vas a hacer para materializar esa imagen en la realidad? Aunque la Navidad está condicionada por determinados protocolos sociales y familiares, tienes que darte la libertad de decidir cómo te gustaría vivir este tiempo. Por ejemplo, algunas personas prefieren viajar y desconectar de los eventos típicos de este tiempo. Eres libre; ¿te sientes realmente libre en la práctica para decidir sobre tu Navidad?

7. Regalos emocionales

La Navidad es un tiempo marcado por el marketing comercial. Convierte la experiencia de elegir algunos regalos en una vivencia de alegría a través de detalles sencillos. Por ejemplo, libros con marcapáginas acompañados de una dedicatoria. Puedes seleccionar títulos sobre psicología positiva, crecimiento personal, coaching y PNL. Temáticas que inspiran el poder del cambio.

8. Comienza un nuevo hábito, crea contrastes de vida

Es decir, recuerda que el periodo final de un año también es perfecto para crear un nuevo comienzo a través de una acción que puedes afianzar en tu vida por medio de la práctica y la repetición durante el 2019. El primer paso, a veces, es el más complejo. Especialmente, cuando lo pospones. ¿Por qué no empiezas ahora?

9. Escribe un diario de fin de año

Este contexto temporal te ofrece una perspectiva especial de los meses previos. Tal vez te apetezca anotar por escrito algunas de las reflexiones de este periodo. Puedes poner tu atención en escribir tus conclusiones. Este es un bonito regalo que puedes hacerte en forma de autoconocimiento. Al identificar el punto en el que te encuentras, podrás identificar mejor desde dónde partes en el inicio del mes de enero.

10. Celebra la edad de estar vivo

Los recuerdos del pasado están muy presentes en Navidad. Las ausencias también son más visibles. Sin embargo, intenta conecta con el poder de la presencia que nace del presente. Concede más importancia a la vida y no observes la edad como un límite negativo que te encasilla en un rol determinado.

¿Qué consejos darías tú a otra persona a quien deseas la máxima alegría en este mes de noviembre y diciembre? Reflexiona sobre esta cuestión y aplica tus palabras a tu propia vida. Recuerda esta afirmación de Robert Louis Stevenson: «No hay deber que descuidemos tanto como el deber de ser felices«. ¿Qué crees que hay de cierto en ella?

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