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Vivimos inmersos en una nube constante de objetivos. Objetivos que todos ellos se desarrollan en el escenario de la vida. Y sin embargo, con mucha frecuencia la vida es la gran olvidada en toda esta historia. Esta es una contradicción que muestra cuánto tenemos que aprender cada día sobre inteligencia emocional. Sin duda, lo más importante, no solo a nivel teórico, sino en el paso definitivo de la experiencia.

A veces, caemos en el error de creer que porque ya tenemos una edad determinada, lo sabemos prácticamente todo sobre la vida. Y la realidad es que en nuestra más tierna infancia, cuando no teníamos tantas experiencias como ahora, teníamos habilidades prácticamente innatas de felicidad. Por ejemplo, el poder de vivir el momento.

Hoy en Crearte Coaching, compartimos contigo diez pequeñas reflexiones de inteligencia emocional que no pueden faltar en el equipaje esencial de la vida.

1. Pon color a tus pensamientos

Es cierto que el universo interior es inmaterial y, por tanto, no es tangible como el universo exterior. Sin embargo, tienes el pincel de la imaginación para dar forma y matices de tonalidad a tus pensamientos. La relación con nuestros pensamientos es tan íntima que su impacto en nosotros es notable. Sin embargo, no te identifiques con tus pensamientos, tú eres más que esta realidad intelectual que es una prolongación de ti mismo.

2. No evites las situaciones que te asustan

No se trata de vivir en el vértigo constante. Evidentemente, existen muchos peligros que es muy sano y prudente evitar. Sin embargo, a veces evitamos algo por el simple hecho de que nos produce cierta inseguridad. Y esos fantasmas cobran vida propia a partir de nuestra debilidad. Un signo de afrontamiento emocional es plantar cara a esas situaciones.

3. Los amigos son un tesoro

Uno de los ingredientes de inteligencia emocional presente en la infancia y que puede inspirarnos en la etapa adulta, es el poder de la amistad. Los juegos de infancia adquieren una nueva dimensión en la etapa adulta a través de amigos elegidos de un modo más consciente. Por muchas ocupaciones que tengas, que no falte tiempo para esos encuentros interpersonales. Además, el contexto del grupo es fundamental para desarrollar emociones y sentimientos sociales como la admiración y la gratitud.

4. Emociones estéticas

Que en tu vida no falten las emociones estéticas, aquellas que surgen del contacto con el arte en cualquier forma de expresión. Es decir, disfruta del placer de una buena película o del regalo de la buena música. Visita con más frecuencia museos y galerías de arte. A veces tenemos una visión muy reduccionista de las emociones. No solo pueden ser agradables o desagradables. También pueden ser estéticas.

5. Haz las paces con el pasado

Cada persona tiene su historia. No compares tus vivencias con las de nadie más. Deja de prolongar en el presente la angustia por heridas del ayer. Haz las paces con el pasado. Solo tienes que querer hacerlo. Al darte cuenta de que no te compensa hacer infinito un dolor que ya no existe más que en tu mente. Por tanto, cuando un hecho del ayer te atormente, recuerda que estás sufriendo por algo irreal. Esa realidad ya no está presente.

Recuerda la diferencia que existe entre el dolor y el sufrimiento. El dolor es un hecho objetivo que nace en un momento concreto ante una causa específica. El sufrimiento es la recreación mental en ese dolor.

6. Utiliza las metáforas

El poder del lenguaje presente en la poesía también tiene valor en el coaching. Así lo muestran las metáforas que en sus juegos de palabras contienen en esencia mensajes de felicidad, amor y esperanza. Crea belleza a través del lenguaje, juega con las metáforas para poner palabras a tus sentimientos.

7. Solo sé que no sé nada

Este mensaje de Sócrates es una buena premisa de humildad. Y la humildad es el camino contrario al ego. Una posición existencial totalmente distinta a la soberbia. Este mensaje de Sócrate no significa la conciencia literal del desconocimiento absoluto. Sino la conciencia real de darnos cuenta de que, por muchos conocimientos que tengamos sobre un tema en concreto, solo alcanzamos una zona muy concreta en el amplio universo del saber. Por tanto, adopta la escucha activa como una fórmula eficaz para aprender de otras personas.

8. Practica mindfulness

Esta técnica de atención plena te ofrece los recursos necesarios para enfocarte en el ahora como un medio de desarrollo personal. Practicar mindfulness es una inversión en inteligencia emocional. Además, la ventaja de esta práctica es que puedes entrenarla allí donde estés. Incluso aunque estés de vacaciones o en un viaje de negocios.

9. Aprende a decir no cuando es no

Fomenta la libertad de recordar que como ser humano eres libre para marcar límites a otras personas. No, es no. Por tanto, intenta ser coherente con tu criterio. Pero no confundas este mensaje con el ego de convertirte en el centro del mundo.

10. Invierte el tiempo en felicidad

El tiempo no es una propiedad material sino una inversión que puedes hacer en beneficio propio. Viviendo el ahora. Dejando de posponer planes para mañana. Y aprendiendo que, a veces, somos más felices cuando nos implicamos en la felicidad de los demás.

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Y a leer algún otro de nuestros artículos que hablan de inteligencia emocional.

 

 

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