El crecimiento del coaching en los últimos años está siendo extraordinario. Cada vez escuchamos más hablar sobre coaching en los medios de comunicación, en las empresas e incluso en la calle. Encontramos multitud de publicaciones sobre coaching, una amplia oferta formativa, coaches que dicen acompañarte a lograr lo que desees, etc. Sin embargo, al igual que la oferta es grande, el desconocimiento también.

¿Qué es un COACH?

Un profesional que acompaña a otros a través de un proceso de desarrollo, a potenciar sus recursos, sus competencias, habilidades, etc. En definitiva, a lograr sus objetivos y mejorar sus resultados y su satisfacción.

El término COACH lejos de venir de la idea de entrenador, está ligado a la idea de un carruaje llamado Kocsi que en el siglo XV unía las ciudades de Viena y Budapest, como emplazamiento estratégico para el transporte de viajeros y de mercancías. Este carruaje al que se dotó de un sistema de amortiguación que no existía hasta el momento, hacía los viajes más cómodos y rápidos. El COACH te acompaña en ese viaje, desde el lugar donde estás hasta el lugar en que deseas estar, tu META.

¿Cómo lo hace el COACH?

El coach lo hace de manera no directiva. A diferencia de otros profesionales como mentores, consultores, asesores, terapeutas, etc. Un COACH no indica el camino a sus clientes. No les dice qué hacer ni cómo lograrlo. Al igual que un taxista no elige tu destino por ti, tampoco un COACH decide qué te conviene. Te ayuda a decidir dónde ir y qué ruta elegir, la mejor para ti.

El trabajo del COACH se basa en ayudar a otros a ser más conscientes, a incrementar su confianza en sus recursos y su responsabilidad para llevar sus descubrimientos a la acción y generar cambios reales. Por tanto, en un proceso de coaching debe darse:

  • Consciencia para que decidir qué deseas y elegir hacia donde dirigir tus esfuerzos. Para profundizar en tus valores, en lo que es importante para ti, en quién eres, qué crees y qué no, qué sientes, qué te permites, qué haces y qué no haces, etc.
  • Autoconfianza para dar el paso que implica salir de la zona de confort. Para dirigirte a un mundo de posibilidades donde tienes mucho que ganar. Para transformar los riesgos en oportunidades de mejora.
  • Responsabilidad para convertir tus deseos en planes de acción. Llevar a la práctica los descubrimientos, poner en marcha habilidades recién descubiertas, desarrollar nuevos recursos, etc. En definitiva, lograr mejores resultados, visibles para ti mismo y para los demás.

¿Qué salidas profesionales tiene Ser Coach?

Vivimos en un mundo rápido y cambiante. Todo es para ayer y lo de hoy, mañana está pasado de moda. Necesitamos adaptarnos cuando no adelantarnos a los cambios y gestionar los retos que esto conlleva. Gestión del estrés y de la incertidumbre, desarrollo de nuevas competencias y habilidades, adaptación a nuevos entornos, etc.

Partiendo de esto, cuando decidimos aprender coaching lo podemos hacer por diferentes razones.

  • Para ser Coaches profesionales y ofrecer nuestros servicios en ámbitos muy diversos. Empresas, deporte, educación, salud, emprendimiento, tercer sector, etc. El coaching se ha convertido en una de las primeras herramientas a las que acudir para mejorar resultados y gestionar cambios en todo tipo de entornos.
  • Para desarrollar nuevas competencias como directivos, líderes, gestores de equipos, consultores, formadores, etc. Aprender una metodología de gestión del cambio y desarrollo profesional, que nos permita mejorar nuestros resultados y los de nuestros equipos y clientes, en todos los sentidos.
  • Para aprender herramientas para gestionarnos mejor, sentirnos más son dueños de nuestras vidas, elecciones, pensamientos, emociones, etc. En definitiva para recuperar nuestra libertad personal.

¿Todos podemos Ser Coaches?

Para ser un buen Coach se requiere de actitud y de aptitud.

  • Con actitud me refiero a una disposición que nace del interior de la persona. Disposición que se puede concretar en vocación de servicio, humildad para acompañar a otros a elegir su camino sin querer imponer el nuestro, empatía, autenticidad, coherencia, etc.
  • Con aptitud hablo de aprender a definir objetivos, a escuchar activamente, a realizar preguntas poderosas, a trazar planes de acción, a generar confianza, motivar, crear consciencia, ampliar la mirada sobre uno mismo, etc.

Y para todo ello, una formación sólida, con acompañamiento individual y práctica constante son imprescindibles.

No caigamos en la trampa de dejarnos impresionar por la apabullante información que recibimos sobre coaching, tipos de coaching, etc. Y que genera confusión sobre el verdadero trabajo que realizamos los coaches profesionales. Tanto si buscas un buen coach como una formación sólida, acércate a escuelas con programas acreditados, asociaciones de prestigio, profesionales comprometidos y con experiencia en el acompañamiento a otros. Esta profesión no es solo un trabajo, sino un estilo de vida.

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