Imagínate que estás frente a la pantalla de tu ordenador en tu oficina, mirando el calendario de 2023. ¿Qué es lo primero en lo que te estás fijando?
1…2…3… ¡Los días festivos y los puentes! ¿A qué sí?
Y… ¿Cuáles son los mensajes que lees y escuchas cuando se acercan esas fechas?
“Escápate el puente…, Escapada de fin de semana…, Escápate esta Semana Santa…”

¿De qué queremos escapar?, ¿tan insoportable es nuestra existencia para querer escapar siempre?
Estamos en constante modo automático, acción-reacción, lucha y huida, nuestra atención está atrapada en malas noticias, pensamientos recurrentes, emociones desagradables y, sin saberlo, estamos activando nuestro sistema de amenaza.
Aquí tiene un papel importante tu cerebro, que interpreta que tu vida se halla en peligro y tu sistema nervioso simpático se activa. Comienzas a generar adrenalina, noradrenalina y cortisol, entre otros, y si los mantienes en el tiempo, van agotando tu cuerpo y tu sistema inmune.

¿Qué puedes hacer?

Comienza a gestionar tu atención.

Habrás escuchado muchas veces que nuestra mente es como unas gafas y, dependiendo del color del cristal con el que mires, podrás ver el lado agradable de la realidad o la parte más desagradable.
No nos han enseñado a enfocar nuestra mente en lo que va bien, en lo que hay en lugar de en lo que falta. Y, si además sumamos esa vorágine del día a día, vemos que nos cuesta parar, respirar y decidir hacia dónde queremos enfocar nuestra atención.
Sin embargo, solo tú puedes elegir dónde poner ese foco. A continuación, te dejamos algunas claves para que las adaptes a tu día a día:

1. Escribe unas palabras al final del día

Prepara tu diario emocional poniendo atención en las palabras que escribes. Cuando hayas terminado, subraya las palabras y frases que te hayan hecho sentir mejor.

2. Te conviertes en aquello que piensas.

Por tanto, piensa de tal modo que tu intención esté presente en cada palabra. Piensa en aquello que depende de ti. ¿Qué puedes pensar para sentirte mejor? Pon atención a tu diálogo interno. ¿Cómo te hablas?

3. Busca la armonía entre lo que piensas y haces.

Sentir que vives en coherencia con lo que piensas, dices y haces te aporta calma.

4. Disfruta de los momentos en que llegas a casa.

Evita el “ruido visual” buscando un lugar para las cosas, escucha tu música favorita y prepara la cena poniendo tu intención en el alimento que preparas, olvidándote de la comida rápida.

No tenemos que escapar de nuestra vida. Aprende a tomar la vida con alegría, desarrollando una nueva manera de observar lo que sientes, piensas y haces e identifica aquello que quieres cambiar para ponerte manos a la obra.

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