Con frecuencia, los consejos forman parte de nuestras relaciones: no solo podemos dar algunas indicaciones, sino también recibir otro punto de vista sobre un asunto. De este modo, hay numerosas situaciones que parecen condicionadas por la aplicación de un criterio determinado. Un consejo puede ser de gran ayuda en diversas circunstancias, especialmente, cuando uno mismo pide una referencia a alguien que le inspira confianza. Sin embargo, frente a la tendencia habitual de buscar soluciones inmediatas por medio de consejos, el coaching nos muestra otro proceso distinto. La sabiduría y el apoyo del coaching no se basan en dar consejos, sino que es el propio cliente quien va encontrando sus propias respuestas mediante un proceso de búsqueda que está iluminado y clarificado por el poder de diversas preguntas. Coaching: cuando la solución no reside en dar consejos, nos adentramos en este tema a continuación.
Más allá de su perspectiva general, cada situación es muy concreta. Hay muchos aspectos del contexto exterior e interior que únicamente puede conocer el protagonista que se encuentra en una posición determinada. En consecuencia, también es habitual que cuando una persona recibe un consejo que no se alinea con lo que realmente necesita, se sienta poco comprendida a nivel emocional. Coaching: cuando la solución no reside en dar consejos, surge una perspectiva distinta.
Un consejo presenta numerosos límites respecto a su aplicación práctica
Aprender a escuchar, sin sentir la necesidad de ofrecer un consejo inmediato, es un acto de humildad y responsabilidad. Una responsabilidad que se dirige hacia uno mismo cuando el cliente de un proceso de coaching toma las riendas de su existencia, valora su realidad a nivel integral y decide de forma consciente qué quiere hacer. En ocasiones, los consejos limitan el potencial y la capacidad de decidir de una persona cuando ese punto de vista externo conecta con el miedo a defraudar a una persona cercana o el temor al qué dirán.
Si inicias un proceso de coaching, ten en cuenta que la metodología del proceso no reside en recibir consejos. Del mismo modo, si quieres formarte como coach y trabajar en un sector en proyección, recuerda que la ética profesional es clave. Y no debes condicionar las decisiones del cliente a través de consejos que parten desde tu punto de vista, tu experiencia o tus valores. ¿Y por qué es tan importante desde un punto de vista práctico que una persona encuentre sus propias respuestas en el coaching o en la vida?
Porque el grado de implicación y el nivel de compromiso con una postura determinada crecen cuando la determinación se toma de forma consciente. Es decir, cuando el impulso definitivo para dar un paso específico no surge desde una recomendación externa, sino desde uno mismo. Cuando una persona valora su realidad, no solo analiza la situación desde una óptica racional, sino que tiene en cuenta otros aspectos circunstanciales y emocionales.
Aprender a escuchar sin sentir la necesidad de dar consejos a los demás
Durante la Navidad y en el comienzo de un año nuevo, muchas personas tienen una vida social más activa y una comunicación más frecuente con su entorno. Pues bien, el coaching también nos ofrece enseñanzas que pueden mejorar nuestra vida y nuestros vínculos. Más allá del deseo de protección que puede estar en la base de un consejo, conviene tener en cuenta que la clave de lo que necesita el interlocutor tal vez se enmarca en una dirección diferente. Por otra parte, el tono de un consejo debería plantearse como una aportación que, a modo de sugerencia, pretende aportar un poco de luz al otro. Pero su aplicación práctica nunca debería interpretarse como un deber o una obligación.
Del mismo modo, tampoco se debe ofrecer un consejo a otra persona adulta desde una posición que muestra una aparente superioridad en relación con el otro. La soberbia, el orgullo o la vanidad pueden dar lugar a muchas confusiones. Por el contrario, las palabras nutren mucho más cuando impulsan al interlocutor en el ejercicio de su propia responsabilidad. Es muy probable que en algún momento hayas recibido un consejo que te ayudó a tomar impulso para decidir una cuestión determinada. Del mismo modo, es posible que hayas recibido algún consejo que te ha hecho sentir incómodo (a pesar de que en su origen tuviese una buena intención). Incluso cuando a nivel humano podemos llegar a creer que sabemos qué le conviene al otro, la interpretación de un hecho determinado puede estar muy condicionada por la experiencia, las suposiciones, los valores, la apariencia…
Coaching: cuando la solución no reside en dar consejos (una última reflexión al respecto)
El objetivo de este artículo, que muestra una reflexión en torno al valor de los consejos, es recordar que la metodología y la esencia de un proceso de coaching parten desde un enfoque diferente. Una pregunta poderosa, por el contrario, aporta luz, reflexión, perspectiva y pone el acento en la responsabilidad del cliente. Una responsabilidad que es clave para tomar las riendas en cada etapa de la vida.
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