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El día de San Valentín representa una jornada señalada en el calendario para celebrar el amor. Sin embargo, el amor de pareja es solo uno de los muchos tipos que puedes experimentar.

Evitar etiquetar un sentimiento tan amplio en una única experiencia es un buen aprendizaje para aprender a valorar nuestros tesoros existenciales:

1. El amor hacia la vida en letras mayúsculas, te ayuda a incrementar tu presencia consciente en esta gran aventura. El amor por la vida se muestra en detalles sencillos y sinceros como la gratitud ante un nuevo amanecer.

Para que mañana no sea solo un día más en tu vida debes tomar conciencia del valor de cada jornada como un presente de tiempo. Desde este punto de vista, lucha por proyectarte hacia ese futuro prometedor a partir de este mismo instante. No dejes que el escepticismo producido por las decepciones te robe la capacidad de ilusionarte con tus deseos.

2. La amistad verdadera es también motivo de homenaje no solo durante el 14 de febrero sino en cualquier momento del año. Una amistad marcada por el apoyo incondicional de esos testigos de vida que nos acompañan a lo largo de un periodo más o menos largo de nuestro camino. Sin embargo, la semilla de la amistad es tan fuerte que siempre deja un aprendizaje y un recuerdo que puede unir los corazones de los amigos en la distancia. Durante el día de San Valentín puedes tomar la iniciativa de sorprender a tu mejor amigo con un mensaje personalizado en el que le digas cuánto significa para ti su presencia en tu vida.

3. La filosofía muestra la importancia del amor al saber. El deseo de conocimiento está muy unido con la superación personal y el ejercicio de la libertad. Desde mi punto de vista, el amor por el conocimiento es algo mucho más profundo que tener o no un título universitario. Es mantener la curiosidad de ese niño interior que todos tenemos dentro, evitar las prisas del día a día para observar con detenimiento los matices de nuestro paisaje vital, tener inquietudes personales y ponerlas en práctica, aprender de los demás y la práctica de la PNL al modelar actitudes positivas de las personas que admiras.

Para celebrar el día de San Valentín celebrando el amor por el saber, puedes tomar la iniciativa de organizar un plan cultural para esta jornada, ir al cine, regalarte un libro o tomar en préstamo una buena novela en la biblioteca. La cultura es el alimento no solo de la mente, sino también del corazón.

4. La familia representa el marco de referencia vital para cualquier persona. Por esta razón, el día de San Valentín es una buena jornada para rendir homenaje a los padres por ese amor incondicional tan único.

5. El amor hacia ti mismo que es fuente de autoestima. Ser consciente de tu verdadero valor incondicional. Muchas personas anhelan detalles románticos durante el 14 de febrero, por ejemplo, una carta de amor o un ramo de flores. ¿Por qué no te concedes estos caprichos a ti mismo? Puedes ir a una floristería para elegir el ramo de flores que más te guste para llevártelo a casa. Y también, puedes escribirte una carta en la que expreses esos sueños que quieres alimentar durante este 2016.

6. El amor no solo es una vivencia que podemos experimentar en nuestra vida personal sino que también se da la mano con el plano profesional a través de la vocación. Esa llamada de realización que te lleva a centrarte en un sector laboral en concreto y no en otro. Sin embargo, incluso aunque una persona tenga un trabajo que no se ajusta a su vocación puede experimentar este amor a través de la saludable aspiración de crecer cada día.

La película que este año ha triunfado en la gala de los Premios Goya es un claro ejemplo de cómo el amor puede percibirse sin estar etiquetado en los estereotipos románticos: Trumán, película  protagonizada por Javier Cámara y Ricardo Darín muestra la historia de una gran amistad.

¿Por qué es tan importante que valoremos las distintas fuentes de amor que hay en nuestra vida? Porque es muy posible que en determinados momentos ocurra que atravesemos altibajos en un ámbito en concreto, por ejemplo, en el plano de la autoestima. Y en ese caso, nos ayudará enormemente fortalecernos con el amor de los amigos. Del mismo modo, cuando una persona sufre una ruptura de pareja, el amor por el trabajo se convierte en una ocupación terapéutica para olvidar el ayer. Además, si sufrimos una crisis personal podemos tomar la iniciativa de hacer un proceso en una escuela de coaching (esta decisión es un ejemplo de amor por la vida).

El filósofo San Agustín nos inspira con esta frase que puedes aplicar a cada uno de los seis puntos anteriores: “La medida del amor es amar sin medidas”.

 

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