Un proceso de coaching es una experiencia constructiva que muchos clientes han experimentado en alguna etapa de su vida.
Muchas personas valoran la posibilidad en su mente de hacer un proceso pero observan esta idea con dudas porque no saben a quién se dirige este proceso.
En Crearte, escuela de coaching aclaramos tus dudas:
El coaching está dirigido a todas aquellas personas que quieren descubrirse a sí mismas para desarrollar todo su potencial en la consecución de una meta.
Sin embargo, en muchas ocasiones ocurre que nos marcamos metas pero de una forma difuminada. Así ocurre cuando no concretamos temporalmente nuestros objetivos sino que, simplemente, los enunciamos como deseos e ilusiones que quedan en el aire de los futuribles. A través de un proceso de coaching, los clientes dan entidad a sus sueños al enunciarlos en forma de objetivos concretos, específicos y temporales.
En la experiencia de vivir, tenemos un amplio número de posibilidades gracias a tantas oportunidades de suerte. Sin embargo, muchos de estos trenes pasan de largo hasta que tomamos una decisión. Si quieres tomar decisiones importantes, por ejemplo, un cambio de empleo, emprender un negocio para desarrollar tu vocación, mejorar tus habilidades para hablar en público, superar el miedo a viajar en solitario, o cualquier otro tipo de circunstancia que supone un reto para ti en su vinculación con tu destino, un proceso de coaching será el medio para prepararte hacia ese cambio en lugar de vivirlo como un salto al vacío.
Si has dejado de soñar con tu futuro y quieres volver a ilusionarte con esa vida que te espera que es aquella que tú creas día a día, un proceso de coaching puede suponer ese despertar de la conciencia para maximizar el carpe diem como un regalo.
Un proceso de coaching está dirigido a aquellos clientes que están dispuestos a abrir su corazón y su mente para escucharse a sí mismos sin el ruido y las interferencias que produce el vivir en la superficialidad de la prisa.
Vivimos una sola vez, la vida no es un ensayo hacia un guión definitivo sino un camino que recorremos sin oportunidad de adelantarnos al capítulo o retroceder las páginas. Por tanto, un proceso de coaching puede ser esa vivencia clave para asumir el reto de vivir de forma plena apostando de una vez por todas por estar en el lugar en el que deseas estar y ser quien deseas ser. Conectar con tu libertad como ingrediente esencial para desplegar tus alas y volar más allá de tus propios límites. Personas que quieren evolucionar, proyectarse en todas sus posibilidades, desarrollar la autorrealización y ser felices.
El coaching está dirigido a personas que, más allá de su edad, creen que tienen capacidad de cambiar y crear nuevos caminos de acuerdo a la posibilidad de desarrollar nuevos recursos. El coaching nos recuerda que, más allá del pesimismo que en muchos casos percibimos a través del contexto laboral actual, es posible creer en utopías. Hablar de coaching significa hablar de humanismo, un concepto que no tiene fecha de caducidad.
A lo largo de la vida tenemos una amplia variedad de experiencias. Un proceso de coaching y PNL puede ser una aventura personal, un regalo que hacerte a ti mismo en forma de amor. Así ocurre si, con frecuencia, tiendes a ponerte al final de tu lista de prioridades. El coaching está dirigido a personas pero también, a organizaciones puesto que, la esencia de una estructura empresarial son las personas.
Si tienes dudas sobre si hacer o no un proceso de coaching, existe un paso sencillo que te ayudará a aclararte. Dar el paso de iniciar este proceso en una escuela, iniciar el camino del autoconocimiento y comprobar sus ventajas y beneficios.
Vivimos rodeados de un entorno de ruido emocional, centrados en la exterioridad. Sin embargo, a través de la introspección de un proceso, podemos volver a conectar con sonidos tan inspiradores como el tictac de nuestro corazón y ponerlo en compás con nuestros sueños y anhelos. Como recuerda la maravillosa película de Roberto Benigni, La vida es bella, tanto como tu propia alma.