Hacer un proceso de coaching tras la muerte de un ser querido

Existen experiencias que nos marcan en lo más profundo: la muerte de un ser querido próximo y cercano es un ejemplo de cómo la ausencia de una persona importante en nuestra vida, nos obliga a hacer reajustes en nuestra propia rutina.

La dificultad de afrontar el proceso de duelo reside en el impacto emocional que produce un hecho no elegido e inevitable al mismo tiempo (la muerte forma parte de la vida).

Algunas personas deciden hacer un proceso de coaching al poco tiempo de haber sufrido una pérdida personal importante o también, cuando se encuentran próximas a su recuperación emocional como una decisión en la que invertir tiempo en su presente para reflexionar sobre nuevos objetivos que traigan consigo nuevas ilusiones y esperanzas.

Cuando una persona sufre la pérdida de sus padres, su pareja o un amigo íntimo, algo muy importante cambia en su núcleo de intimidad. Por esta razón, el establecimiento de nuevos objetivos es un paso necesario de quien quiere rehacer su vida.

¿Qué consejos pueden ayudarte para superar la muerte de un ser querido?

1. De un modo natural, sentimos que nos han quedado muchas cosas pendientes de decirle a ese ser querido ausente. Un modo de desahogo terapéutico es escribir una carta plasmando sobre el papel todos aquellos pensamientos y sentimientos que han generado un nudo emocional importante.

2. Por incómodo que resulte el dolor de un proceso de duelo, el presente sigue siendo un regalo. Y aprender a apreciar esos pequeños detalles del día a día también es un anclaje de fuerza en la superación del dolor. Es el presente de cada nuevo amanecer el que nos recuerda que la vida continúa y que debemos seguir hacia adelante. Este aprendizaje es uno de los más importantes para no quedar estancado en el pasado.

3. Llorar es una necesidad emocional que nos permite expresar el dolor interno. Por tanto, conviene no reprimir este llanto con mensajes del tipo: «Tengo que ser fuerte». Llorar no es un signo de debilidad sino una expresión del propio amor y de una herida que necesita tiempo para ser curada.

4. El mejor homenaje que puedes ofrecer a la memoria de tus seres queridos ausentes es tu propia felicidad. Cuando una persona quiere a otra de verdad desea que esté bien. Esto es lo que debemos recordanos a nosotros mismos en este tipo de situaciones. Por tanto, tras la muerte de un ser querido también es recomendable buscar nuevos objetivos alcanzables para estar concentrado en esas metas. Los objetivos de futuro nos ayudan a no quedarnos estancados en el pasado en momentos de este tipo en los que la inercia del ayer pesa como consecuencia de la nostalgia y de la añoranza.

5. En relación con el punto anterior, me gustaría añadir que el tiempo es importante en la superación del duelo, sin embargo, el tiempo no lo es todo sino que la persona debe cultivar una actitud de esperanza ante la vida. Practica la Logoterapia de buscar un sentido a lo que ha ocurrido.

6. Un ejercicio adecuado para cambiar el chip en la muerte de un ser querido es alimentar un diálogo interior positivo con mensajes del tipo: «Gracias por formar parte de mi vida», «siempre serás importante para mí», «gracias por haberme querido tanto». Estas frases son solo una sugerencia que puede inspirarte para dedicar tus propios mensajes de amor a ese familiar querido ausente. Puedes ponerlos por escrito.

7. Caminar por entornos naturales alimenta el espíritu de la energía constructiva que aporta el contacto con el poder de lo natural. Cuando sufrimos por la muerte de un ser querido, nos sentimos mejor cuando encontramos espacios en los que poder escuchar el silencio y respirar la calma. Caminar por la orilla de un río aporta serenidad.

8. Busca el apoyo de amigos y familiares pero valora también, tu propia compañía. Valora también el amor que ese ser querido ha dejado en ti en forma de recuerdos. Esos recuerdos son el mejor legado, el mayor testamento que nos queda. El amor aporta sentido a todo e incluso, transforma en esperanza la tristeza de la muerte.

9. Hacer un proceso en una escuela de coaching especializada puede ser un anclaje para aumentar el compromiso personal con la búsqueda de la propia felicidad.