En los tiempos que corren a la Educación le corresponde el papel de crear nuevos espacios y metodologías que apunten al crecimiento personal del alumnado y al desarrollo de la habilidad del aprendizaje autónomo. “Una de las cosas que esperamos de la educación es que nos ayude a convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos; que nos ayude a descubrir nuestros talentos, nuestras destrezas….” Ken Robinson.
La introducción de nuevos conceptos a la hora de entender la inteligencia y el aprendizaje, junto con la introducción de las nuevas tecnológicas en los centros educativos, serían un primer paso para empezar a generar un cambio en la docencia y en los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Incluso en la actualidad ya hemos sido testigos de la implementación de lo que se denomina el aprendizaje electrónico (conocido también como e-learning) la educación a distancia virtualizada, que pone a disposición del alumno, mediante los nuevos canales de comunicación (en especial Internet), todos los conocimientos a través de un campus, e incluso un tutor virtual, como soporte de los procesos de enseñanza-aprendizaje.
El abanico de alternativas es amplio aunque los esfuerzos del sistema educativo se quedan cortos a la hora de motivar y mejorar el rendimiento académico de los alumnos.
La sociedad necesita una nueva perspectiva a la hora de abordar la manera de transmitir los conocimientos en la escuela, y por ende una nueva disciplina innovadora que dé un giro a la manera de enseñarlos, lo que nos evoca la necesidad de experimentar un cambio en la visión y la formación de los distintos profesionales y agentes que intervienen en la educación.
Bajo este prisma, el coaching se presenta ante la sociedad como una nueva disciplina que ayuda a la gestión del cambio y la mejora del rendimiento de la persona tanto en los campos: personal, como profesional y académico.
El coaching aplicado a la Educación, promueve los valores del compromiso, la responsabilidad y la superación personal, dentro del mundo de académico. Potencia e incrementa el aprendizaje de conocimientos teóricos mediante las potentes herramientas de la inteligencia emocional y la programación neurolingüística, facilitando así, la aplicación e incorporación de los mismos de la manera más eficiente posible.
En definitiva, el coaching ayuda al alumno a ser protagonista responsable de su aprendizaje, mejorando su motivación y actitud frente al estudio e invitándole a la reflexión y al crecimiento personal.
El Sistema Educativo Español debe de asumir el reto de plantar cara a las nuevas necesidades de la sociedad post-moderna y contar con el coaching como una herramienta que puede ayudar a hacer frente esta realidad en la que vivimos.