En ocasiones, los clientes acuden a la consulta del coach con el objetivo de hacer un proceso. Y durante el mismo, descubren que su vida ha estado definida por parámetros absolutos en relación con valores y creencias que son interpretados como un filtro único de realidad.
Esto se conoce como rigidez mental y lleva al protagonista a concluir que estos principios mentales reflejan una verdad de carácter inamovible. Quien sufre rigidez mental suele padecer emociones desagradables de forma recurrente porque la realidad cuestiona sus propios principios de forma habitual.
El entorno vital está marcado por un cambio constante. Las circunstancias evolucionan, se producen hechos inesperados, ocurren factores que propician la actualización de las ideas… Sin embargo, aquel que se mantiene en el plano de la rigidez mental se resiste a modificar en algún aspecto significativo su propio mapa del mundo. En este caso, el sufrimiento nace de querer ajustar el mundo a la propia imagen que tienes de él como si fuese un molde perfecto.
Sin embargo, cuando caes en la trampa de la rigidez mental olvidas que tú no eres exactamente la misma persona hoy que hace diez años. Al menos, no deberías serlo en términos de experiencia, reflexiones, conclusiones vitales, enseñanzas, inteligencia emocional y madurez. Por tanto, si uno de los mensajes de los libros de autoayuda es que es importante aprender a vivir el presente, esta realidad responde a la propia necesidad de un pensamiento flexible que propicia la adaptación al cambio y el progreso personal.
Cuando permaneces en el plano de la rigidez mental dedicas un gran esfuerzo psicológico a que nada rompa esa imagen que tienes de la realidad. Sin embargo, solo la flexibilidad mental te ayuda a ir más allá de la imagen para alcanzar el plano de la realidad.
Cuáles son los frenos de la rigidez mental
1. El pensamiento se convierte en una forma de esclavitud, en lugar de en un horizonte prometedor de cambio personal gracias a ideas que iluminan el actual escenario de acción.
2. La persona no se da la oportunidad de cambiar de parecer. El pasado determina el presente en gran medida porque el protagonista aplica constantes conclusiones del ayer al plano del hoy. Es cierto que el pasado aporta un legado de sabiduría, sin embargo, la persona también debe darse la oportunidad de obtener nuevas enseñanzas que tal vez, amplíen algunas de las conclusiones previas.
3. Imposición de la razón. La persona que sufre rigidez mental suele caer en la trampa de creer que está en lo cierto y que los demás se encuentran totalmente equivocados respecto de aquello que es correcto en un campo determinado.
Desde esta actitud de autoconvencimiento crónico, no existe espacio para el diálogo, la empatía y la escucha activa. La persona se sitúa en una especie de rol de superioridad pese a que a nivel interno padece una gran inseguridad. De este modo, la rigidez emocional se convierte en una coraza frente al vértigo a lo desconocido.
4. Pérdida de aprendizaje. La persona permanece estancada en una zona de confort previsible. Esto conduce a un menor crecimiento interior.
El coaching fomenta la flexibilidad mental
El coaching es una disciplina de empoderamiento personal. De este modo, durante un proceso de coaching, el protagonista identifica qué creencias limitantes le han condicionado de forma recurrente a lo largo de su vida adoptando patrones de comportamiento repetidos que conducen a los mismos resultados.
A través de preguntas poderosas que incrementan la introspección, el cliente observa un universo posible de ideas alternativas que no solo influyen en el plano de la mente, sino también, en el plano de la afectividad.
Es importante que una persona tenga su propia personalidad, valores éticos y creencias. Sin embargo, este hecho no es incompatible con una actitud de humildad que queda perfectamente reflejada en el pensamiento socrático a través de su mítico mensaje filosófico: «Solo sé que no sé nada«. Un pensamiento que transmite la curiosidad por seguir desvelando la realidad a través de la observación y la atención consciente.
Una persona no debe ser perfectamente moldeable y adaptable al entorno porque entonces corre el riesgo de perder su propia esencia y su propio criterio. Sin embargo, la rigidez mental lleva al punto contrario. Y, por tanto, resulta igualmente destructiva. Encuentra tu propio equilibrio.
El poder de las preguntas en el coaching permite al protagonista reflexionar de forma sincera en un contexto de calma en el que la búsqueda de la verdad nace del contacto con el ser y la esencia.