Cuando empezamos a trabajar con un equipo, nuestros clientes se sorprenden de como conseguimos aunar voluntades, resolver conflictos para definir objetivos comunes, comprometerles en una misma dirección y esto les sorprende sobre todo porque cuando nos llaman, obviamente, es porque estos equipos están atravesando algún tipo de crisis, hay problemas o los resultados no son los deseables.
Por supuesto, son muchas las habilidades que necesitamos desarrollar para llegar a esto, sin embargo, hay una clave importante que te compartimos ahora y que, si pones en práctica, seguro, te va a ayudar.
La Alianza: una de las fases del Proceso de Coaching de Equipos.
Con este término nos referimos a esas normas o pautas de conducta que deseamos que se vivan en el equipo mientras dure el proceso de acompañamiento e incluso más allá.
En nuestra primera reunión con el equipo de trabajo, en la cual le explicamos en qué consistirá el proyecto, qué es coaching de equipos, cuál es nuestra función o rol con relación a ellos, y resolvemos posibles dudas que se les puedan plantear, lo siguiente que haremos conjuntamente es realizar las alianzas.
Para ello haremos dos alianzas de trabajo:
La alianza entre el equipo y el coach
Se refiere a las normas, reglas o modos de actuación que se darán entre coach y equipo durante el proceso. Cuándo y cómo intervendrá el coach, qué tiempos se dedicarán a favorecer la reflexión del equipo, a la definición de acciones, etc.
La alianza del equipo como tal que se realiza entre sus miembros.
Para animar la creación de la alianza del equipo, el coach puede lanzar algunas preguntas de tipo ¿cómo queréis trabajar entre vosotros este tema?, ¿qué atmósfera o clima os gustaría tener?, ¿qué tipo de comportamientos implica?, ¿qué podrías hacer para que vuestra relación fuera aún más rica?, ¿qué es importante para vosotros que se respete en este equipo?, etc.
A medida que los miembros del equipo vayan dando respuestas, el coach favorecerá el diálogo entre ellos a fin de que éstos acuerden por unanimidad los aspectos que consideren relevantes para el equipo.
El coach irá anotando todo aquello que, como resultado de este debate, el equipo acuerde con la unanimidad de todos sus integrantes. A veces el coach puede verse en la obligación de hacer algunas preguntas para traer a la luz temas importantes si el equipo no lo hace.
Por ejemplo ¿qué pensáis hacer en momentos de tensión?, ¿consideráis necesario hacer algún planteamiento acerca de la confidencialidad de los temas tratados?, ¿cómo resolveréis los conflictos en caso de que los hubiera?, ¿qué queréis hacer si consideráis que no estáis respetando esta alianza?, etc.
Todo lo que se acuerde se recogerá por escrito, y será el propio equipo, como dueño de esta alianza, quien vele por el cumplimiento de las normas que ellos mismos han definido y que presidirán sus reuniones e interacciones. La alianza estará presente en todas las reuniones del equipo y podrá ser revisada cuando lo decida el propio equipo, así como, si el equipo varía (salen miembros del equipo o entran personas nuevas).
Se recomienda que el equipo designe un responsable de la alianza que podrá ser siempre el mismo o rotar, de acuerdo con lo que el equipo decida.
VALOR DE LAS ALIANZAS
La creación de estas alianzas genera un gran valor dentro del equipo, pues es algo a lo que normalmente no se dedica tiempo en ningún equipo de trabajo, y su ausencia, a la larga, suele ser foco de tensiones, malos entendidos, insatisfacciones, etc. que no se ponen de manifiesto y van minando la relación y motivación del equipo.
Un aspecto importante a tener en cuenta es que todos los miembros del equipo estén de acuerdo en las reglas que se decidan. En caso contrario, habrá que buscar el modo de tender puentes y buscar puntos en común.
Para el coach, la fase de formalización de la alianza tiene un gran valor, pues ya comienza a conocer la realidad del equipo, y puede empezar a observar muchas cosas: las interacciones entre ellos (quiénes hablan más, quiénes escuchan, quiénes se molestan, etc.) la energía del grupo, la emocionalidad existente, las creencias latentes, la corporalidad, etc. para con todo ello comenzar a trabajar posteriormente.
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