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El coaching se nutre de distintas herramientas que tienen un beneficio instrumental en relación con el autoconocimiento y el crecimiento personal. La comunicación está presente en las sesiones de coaching puesto que el cliente responde a las preguntas abiertas que el coach plantea a su interlocutor.

Sin embargo, la palabra no es el único medio clarificador en la expresión interpersonal. El ejercicio creativo de dibujar, tan presente en la infancia, adquiere también un sentido propio en la etapa adulta. En Crearte reflexionamos sobre los beneficios del visual thinking en un proceso de coaching.

Si bien es cierto que en la madurez, puede que también tengamos que superar algunos juicios, interpretaciones equivocadas y creencias limitantes sobre nuestra habilidad para crear a través del dibujo, un cuestionamiento que nos condiciona de forma negativa. El visual thinking es una tendencia en crecimiento en el mundo empresarial. También tiene un enfoque académico. Y, por supuesto, su potencial puede abrir nuevas puertas en el ámbito del coaching.

Qué es el pensamiento visual

Cada persona experimenta la realidad inmediata a través de los sentidos por medio de los que recibe información. Sin embargo, la experiencia que una persona tiene del mundo exterior es distinta a la que tiene de su mundo interior. Observas el entorno que te rodea a través de sus líneas, las dimensiones, la estructura, la forma y la ubicación.

Por el contrario, el autoconocimiento del mundo interior no está definido por la entidad propia de las cosas materiales. Sin embargo, que las emociones no tengan un color específico, por ejemplo, no significa que tú no puedas exteriorizar tu mapa interior por medio de dibujos en los que el acto de colorear está presente. De este modo, inicias una mirada de inteligencia emocional.

¿Cuáles son los beneficios del visual thinking en coaching?

A través de esta metodología puedes realizar una representación gráfica de tu universo interior. Puedes describir cómo te encuentras y cómo te sientes. Lo haces a través de una representación personalizada y libre de la que eres autor. Ese diseño tiene tu marca personal.

Visión de la totalidad

La vida, como materia de reflexión, está llena de matices que invitan a contemplar la existencia en su dimensión integral. En un proceso de coaching es posible observar cómo distintos elementos están interconectados entre sí. A través de la imagen de un dibujo, la persona exterioriza esta información. Observa la relación entre el todo y los matices que lo integran en el contexto específico del objetivo de coaching.

Poner en orden los pensamientos

Además, desde el punto de vista emocional, dibujar también puede tener un efecto terapéutico en ciertos momentos de bloqueo en los que la persona tiene dificultades para hablar de aquello que le ocurre o cuando quiere clarificar sus pensamientos. Esta herramienta no solo es práctica y enriquecedora, sino también, muy sencilla.

Mirada hacia el interior

El poder de las imágenes está muy presente en coaching como muestra, por ejemplo, la realización de un ejercicio de visualización con el que la persona conecta a nivel mental.

Pues bien, a través de la práctica del pensamiento visual, la persona también ejercita esta observación de su mundo interior a través de un dibujo que tiene un carácter intencional en relación con aquello a lo que remite. El fin del dibujo es el autoconocimiento, es decir, no se trata de crear una obra sobresaliente desde el punto de vista artístico.

Actitud proactiva

A veces, por medio de la actitud proactiva de un dibujo ante el que adoptas un rol protagonista puedes acabar con un bucle de rumiación mental en el que te sientes encerrado en ideas repetidas y cíclicas que no conducen a una conclusión definitiva. Por medio de un dibujo puedes obtener la inspiración que te conecta con la reflexión centrada en el aquí y en el ahora.

Por medio de un proceso de coaching, el cliente encuentra sus propias respuestas a las preguntas que se plantea. Pues bien, el valor añadido de una creación visual es que resulta totalmente única e irrepetible. Como si fuese un plano metafórico que describe las variables, propiedades y características de un paisaje interior que va a ser descubierto.

Por tanto, puede ocurrir que un cliente no se sienta especialmente cómodo con la idea de dibujar, puesto que cada persona es diferente. Sin embargo, aunque esto puede ocurrir conviene no presuponer esta posibilidad de manera universal. La experimentación también forma parte del autodescubrimiento. De este modo, el cliente también puede descubrir qué herramientas le ayudan más para profundizar en sus emociones.

Desarrollo de la creatividad

A veces, en el camino hacia la etapa adulta nos alejamos de nuestro niño interior. Sin embargo, podemos volver a acercanos a esa parte de nosotros mismos manifestada a través de la espontaneidad de un dibujo. A través de esta representación puedes dar forma a tus miedos.

Representar tu idea de felicidad. Identificar aquello que te separa de la meta. Concretar cuál es tu objetivo de coaching. Darte cuenta de algo que no era evidente hasta entonces. Observar la vinculación entre distintos elementos. Posicionarte en el mapa de tu realidad. Y crear nuevas posibilidades.

Si ya dibujabas durante tu proceso de crecimiento en la infancia; ahora es momento de seguir haciéndolo en tu crecimiento personal. Dibuja para entrenar la presencia consciente.

 

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