¿Sabes qué representa el número 8.760? Son las horas que pasas contigo cada año.
Y como deseo que vivas muchos años y que vivas feliz, hoy te comparto 3 claves para que seas feliz contigo mismo. 3 claves para que disfrutes con esa persona que te acompaña las 24 horas del día y los 365 días del año. Esa personas que ves cuando te miras al espejo.
La mayoría de nosotros cuando nos sentimos frustrados o perdidos buscamos fuera algo que nos haga felices. Buscamos cosas materiales, experiencias diferentes, nuevas relaciones, nuevos trabajos, etc. Se trata de una tendencia natural, ya que en nuestra sociedad nos han inculcado desde la infancia, un culto al hacer y al tener que nos ha llevado a creer que no estamos completos. Hemos creído que lo que necesitamos para ser felices está fuera de nosotros y que además se puede comprar.
Sin embargo lo que necesitamos, ya lo tenemos. La respuesta nunca está fuera, sino dentro. Tú ya sabes que cuando estás bien contigo, lo de fuera pierde importancia. Y también sabes que aunque no puedes elegir las cartas que te da la vida, si puedes elegir con qué actitud jugarlas.
Y aquí es donde entra mi propuesta para ti. Las tres claves que hoy quiero compartir contigo. Tres “Aes” que te invito a que desde hoy formen parte de tu vida. Tres palabras que deseo te acompañen siempre.
¿Y cuáles son estas 3 claves?
Apertura:
Cuando te hablo de apertura me refiero a esa mezcla de curiosidad sana y de no juicio. Aunque sé que no emitir juicios no es una tarea fácil, la invitación que te hago hoy es la de estar más atento a esos juicios que hace tu mente. Prestarles atención para que seas consciente de ellos. Mirarlos con la curiosidad del explorador, para que puedas dejar de aferrarte a ellos. Por tanto, desde este momento, cuando te pilles enjuiciándote a ti mismo o a los demás, respira hondo y al exhalar, suelta el juicio. Deja de aferrarte a él. Recuerda que solo es un producto de tu mente y que por tanto no es real. Te sentirás más flexible y más libre. Y desde luego, sufrirás mucho menos.
Amabilidad:
Hablo hoy de amabilidad contigo mismo y no de amabilidad con los demás. Ten presente que no puedes dar a otros lo que no te das a ti. ¿Cómo exigirnos ser amables con otros si no lo somos con nosotros mismos? Aunque resulte paradójico, lo cierto es que la dureza con que nos tratamos cuando cometemos un fallo, disminuye nuestro rendimiento en lugar de mejorarlo. Sin embargo, cuando te tratas con cariño, como tratarías a un niño que aprende algo que no sabe, abres la puerta a nuevas posibilidades de crecimiento y compasión. Adelante.
Aprendizaje:
El conocimiento solo es un rumor hasta que llega al músculo. Y para aprender, el conocimiento debe de llegar al músculo. Muchas veces tememos vivir la vida. Nos da miedo vivir experiencias ante la posibilidad de que nos causen dolor o frustración. Sin embargo si no lo hacemos, si no vivimos la experiencia tal y como es, aunque no siempre nos guste, no aprenderemos lo que necesitamos para seguir evolucionando. Como decimos en PNL «si quieres comprender, actúa». Por tanto, permítete ver la vida como una sucesión de experiencias, de las que con apertura y amabilidad, podrás extraer grandes aprendizajes. De lo contrario, aunque quizá sufras menos, lo que es seguro es que no vivirás en plenitud.
Por tanto, desde hoy, invita a estas tres “Aes” a formar parte de tu vida. Desarrollarás tu capacidad de vivir de una forma emocionalmente más inteligente, y tu viaje será más rico y placentero.
Y por último, ten siempre presente que lo importante en la vida no es lo que pasa, sino cómo tú, vives lo que pasa.