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Un proceso de coaching iniciado por un cliente produce frutos más positivos cuando esa persona tiene un alto nivel de resiliencia. ¿Y qué es la resiliencia? La capacidad que tiene el ser humano de ser feliz, el poder para reinventarse a sí mismo de forma positiva, superando obstáculos y límites.

Durante el verano, muchas personas inician su descanso poniendo grandes expectativas en la desconexión absoluta. Sin embargo, durante el verano también tienes una cita de coaching para centrarte en ti. Eleva tu resiliencia. En este artículo te contamos qué factores son vitales para elevar la resiliencia:

1. La conexión emocional con otras personas, es decir, el arraigo de amistad, amor, compañerismo o cariño con los demás es una protección muy positiva frente a esa sensación de desarraigo y soledad. En positivo, conviene puntualizar que gracias al auge de las nuevas tecnologías también es posible establecer conexiones sociales a través de este medio.

2. La serenidad es uno de los principales sentimientos de felicidad. Estar en paz contigo mismo es el principal impulso de resiliencia. Durante el verano, intenta reflexionar sobre tus hábitos frecuentes durante el año y cómo el ritmo del curso de los acontecimientos te impulsa hacia el estrés. Elabora un plan de acción para que, a partir del próximo mes de septiembre, tengas espacios para desactivarte.

3. Las aficiones y hobbies también son un motor de resiliencia. Son una forma de evasión muy constructiva. Por ejemplo, un amante de la lectura puede viajar con su imaginación en solo unas páginas. Curiosamente, muchas personas descuidan sus aficiones al anteponer otras obligaciones más inmediatas. Comienza por valorar los placeres más sencillos, esos que puedes disfrutar en tu propia casa: escuchar música, escribir cuentos, realizar sopas de letras, pintar cuadros…

4. Evita etiquetarte a ti mismo. Generalmente, las etiquetas resultan limitantes. Por ejemplo, aquella persona que se repite constantemente a sí misma que es tímida, se encasilla en actitudes de timidez. Recuerda que tu esencia no se reduce a un rasgo de carácter y cada día puedes descubrir una nuevas características de ti mismo.

5. El trabajo también es un medio de resiliencia en tanto que aporta un medio de estabilidad económica. Pero es mucho más que eso. El trabajo también es un entorno de desarrollo personal y de relación social. Cuando una persona tiene un alto nivel de satisfacción en el puesto que desempeña es más resiliente frente a las dificultades.

6. Desde mi punto de vista, la edad también es un factor que en muchos casos, va acompañado del crecimiento interior gracias a experiencias vividas y superadas. Generalmente, la evolución que acompaña a la madurez también aporta el aprendizaje de la aceptación que es clave para vivir.

7. Una escapada de fin de semana o una excursión es una buena terapia para desconectar de la rutina habitual y volver a casa con esa agradable sensación de haber descubierto un universo nuevo. Los viajes en los que puedes deleitarte en la belleza de paisajes infinitos, alimentan tu mente y tu corazón con la perfección de la bondad. Además, la naturaleza también nos inspira metáforas de resiliencia. Por ejemplo, recuerda que en tu vida, también florece el sol después del invierno.

8. Elige pensar en positivo como una actitud que te beneficia en primera persona. No se trata de ser un soñador que nunca pisa sobre suelo firme. Sino de ser capaz de observar la bondad en el vivir.

9. Fomenta el altruismo Puedes colaborar como voluntario con una entidad de ayuda social. Conviene puntualizar que el voluntariado cultural también es muy valioso. El altruismo te aleja del ego y te fortalece al darte cuenta de que la clave de la felicidad parte de la colaboración.

10. El aprendizaje constante y la formación también son recursos de resiliencia que nos permiten aprender de los mejores. Me gustaría recomendarte la lectura del libro “Superar la adversidad. El poder de la resiliencia” escrito por Luis Rojas Marcos.

En Crearte, escuela de coaching, os deseamos un feliz verano. Y recuerda que el descanso físico y mental también es clave para fomentar la resiliencia personal y cuidar tu salud. Imagina que eres un pintor y quieres dar colores de felicidad al lienzo de tu vida. Tú eres protagonista de la historia más importante: tu existencia. Y la aventura de la vida es más apasionante con la resiliencia de saber que te tienes a ti mismo.

 

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