Y dice mi hijo Javier: los pensamientos son lo más importante.
Hace unos días fui a recoger a mis hijos al colegio al mediodía para comer juntos. Al salir, mi hijo Javier me dijo que su amigo Gaby había roto las gafas a un señor mayor de un balonazo. Me contó que estaban jugando al balón chutando contra una pared y que Gaby dijo que estaba seguro de que iba a fallar ese tiro. Y efectivamente Gaby falló. Estrelló el balón en la cara de un señor que estaba esperando a su nieto cerca de ellos.
–Mamá los pensamientos son lo más importante. Pensó que iba a fallar y falló – me dijo Javier.
Y, efectivamente, el razonamiento de mi hijo es muy acertado. Con cada pensamiento generamos una emoción que moviliza un circuito hormonal que tiene impacto en los cinco trillones de células que forman nuestro organismo.
Estas emociones determinan nuestras conductas que a su vez influyen en nuestros futuros pensamientos. Y así es como quedamos atrapados en un círculo de pensar y sentir, sentir y pensar.
¿Cómo romper este círculo? ¿cómo generar emocionales agradables que activen nuestro sistema parasimpático? ¿cómo recargar nuestras energías y nuestro sistema inmunológico? La respuesta es clara ¡Aduéñate de tus Pensamientos!
Al igual que te gusta alimentar tu estómago de forma saludable, alimenta tu cerebro de los mejores pensamientos, sobre ti, sobre los demás y sobre el mundo en general. Crea tu realidad a través de tus pensamientos.
¡Elige lo que piensas y vivirás una vida repleta de emociones agradables!