fbpx

El momento presente es lo único que tienes. Nunca hay un momento en tu vida que no sea “este momento”, el tiempo es una ilusión. Pasado y futuro no existen.

¿Cuál es tu opinión al respecto de estas afirmaciones? Así se expresa Eckart Tolle en su libro “El poder del ahora” que tengo estos días entre mis manos.

Aunque hace ya varios años que estas ideas al respecto de que solo existe el ahora, y de que el pasado y el futuro son solo ilusiones, sobrevolaban mi cabeza, es desde hace un par de meses que han ido calando de un modo diferente en mi vida. Digamos que están empezado a cobrar un significado que hasta hace poco no acababan de tener para mi, y quizá, es para darle sentido que me he decidido a escribir estas líneas y a compartirlas contigo.

Comparto con Tolle su afirmación al respecto de nuestra tendencia a escapar del presente. Observando mis propios pensamientos me doy cuenta de lo rápido y frecuentemente que somos capaces de huir del ahora y de refugiarnos en el pasado o de dedicarnos a crear el futuro, bien imaginando un futuro mejor, en cuyo caso nos aporta esperanza, o bien un futuro incierto o peor que nos genera miedo o ansiedad.

Lo que ocurre es que ante el consejo de Tolle de que nos mantengamos en el presente evitando que nuestra mente “se apodere” de nosotros y nos robe nuestro presente, no puedo evitar que se me ocurran varias dudas en forma de preguntas.

¿Cómo no aprender del pasado? el pasado nos aporta un museo de experiencias muy poderosas por haberlas vivido en primera persona, de las que podemos extraer grandes aprendizajes para nuestras vidas en el presente.

¿Por qué no proyectarnos al futuro? Nuestra capacidad de imaginar, de visualizar lo que queremos, nos aporta la fuerza y la motivación que muchas veces precisamos para lograr nuestros objetivos. ¿Cómo tener objetivos si no pensamos en el futuro? ¿Y cómo sería una vida sin objetivos, sin metas, sin sueños, sin ilusiones? Puede que fuese tranquila, quizá también feliz, ¿por qué no? sin embargo, en mi opinión falta de chispa.

Y llegando a este punto ¿cómo conciliar la idea de vivir cada segundo del presente como si fuera lo único que tenemos, puesto que en realidad, es lo único que tenemos, y a la vez, aprender del pasado y proyectar el fututo que deseamos para que se convierta en presente?

Y aquí es donde aparecen los conceptos de tiempo práctico y tiempo psicológico.

Podemos llevar nuestra mente a viajar a través del tiempo, pasado y futuro, si así elegimos hacerlo de forma consciente con una finalidad práctica. Esto es, para recordar un dato que preciso en el momento presente, para planificar una acción que estoy realizando en el momento presente, etc. De este modo, pasado y futuro se convierten en nuestros aliados,  en el presente. A esto le podemos llamar tiempo práctico o tiempo del reloj.

Es muy diferente al que Tolle llama tiempo psicológico, ese al que tu mente escapa huyendo del presente, sin ningún motivo o razón que te sea de utilidad, por la simple añoranza o esperanza de crear una realidad que no existe en el presente. El tiempo psicológico es nuestra cárcel, una enfermedad  mental en la que muchas veces nos quedamos atrapados desperdiciando gran parte de nuestra vida, mientras ésta se desarrolla en el presente sin que seamos conscientes de ella.

Por ello, desde ahora, cuando observes que tu mente cobra vida propia y se queda enredada en el pasado o se empeña en evadirse al futuro sin que tú hayas elegido hacerlo de forma consciente,  presta atención al momento presente, observa tus propios pensamientos y emociones, y pregúntate ¿Qué ocurre en este momento?

Beatriz García Ricondo
Coach y Formadora
Directora de Crearte Coaching

 

1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (1 votos, promedio: 5,00 de 5)
Cargando...