Sombra y luz… Luna y sol… Noche y día…
Todo eso viene a mi mente en talleres como el de este fin de semana en Crearte Coaching… un taller práctico sobre eneagrama como herramienta de autoconocimiento y de camino de desarrollo.
Caemos en la enorme torpeza de contemplar este desarrollo como un camino en el que hay que ignorar u olvidar las aristas, las espinas, el dolor o la toma de conciencia de aquello que no nos gusta, como el rollo imperante de la New Age donde impera un buen rollismo obligatorio… la tendencia actual es la de comprar etiquetas cómodas, agradables disfrazando u ocultado un aprendizaje necesario y básico para realmente llegar a un lado luminoso y pleno… un estancamiento a mi modo de ver…
Y que duro es mirarse en un espejo descarnado donde la realidad es la que es y no es posible edulcorar… la pregunta de ¿quién soy yo? tiene dos caras… la cara amable y la cara a mejorar… y cómo es la segunda… no nos reconocemos… ¿o si pero no queremos mirarlo?… mirar a otro lado no tiene sentido, cada uno a su ritmo ha de aprender a mirar esa imagen como quien mira una obra de arte sin terminar… vemos dónde el artista ha hecho algo brillante pero acto seguido lo ha emborronado, vemos dónde estaría bien cambiar de color, dónde dar luz, dónde dar sombra, si el artista se pasa de hiperrealista, si es demasiado emocional u histriónico, si la composición es armónica o podríamos cambiar esos elementos de la obra para hacer un conjunto mucho más equilibrado… bien, pues todo esto es la herramienta del eneagrama: compatible con toda clase de convicciones, abierta y profunda.
Durante este fin de semana ha habido un poquito de todo en su conocimiento… han habido recordatorios, espejos, descubrimientos, tomas de conciencia con sensaciones agradables y desagradables, ha habido un poco de sombra y muchas ganas de luz.
En cualquier caso han habido momentos de mucha emoción, risas y sorpresas… ahora queda la reflexión y todo el agradecimiento que desde nuestra parte como organizadores desde Crearte Coaching (Beatriz García Ricondo, Gema Sánchez-Cabezudo Niño, Almudena Gómez Muñoz y yo misma) a todos los que habéis compartido con nosotras este viaje por una mandala tan dura y descarnada como liberadora y llena de recursos.
Me despido con un texto maravilloso de Virginia Satir con el que se resume la motivación y la búsqueda del YO que muchos de nosotros buscamos, cada uno con sus diferentes métodos y caminos.
Yo Soy Yo
En todo el mundo no hay nadie como yo.
Hay personas que tienen algo en común conmigo, pero nadie es exactamente como yo.
Por lo tanto, todo lo que surge de mí es verdaderamente mío porque yo sola lo escogí.
Soy dueña de todo lo que me concierne:
De mi cuerpo, incluyendo todo lo que hace; mi mente, incluyendo todos sus pensamientos e ideas;
mis ojos, incluyendo las imágenes de todo lo que contemplan;
mis sentimientos, sean lo que sean, ira, gozo, frustración, amor, desilusión, excitación;
mi boca, y todas las palabras que de ella salen, corteses, tiernas o rudas, correctas o incorrectas;
mi voz, fuerte o suave, y todas mis acciones, ya sean para otros o para mí misma.
Soy dueña de mis fantasías, mis sueños, mis esperanzas, mis temores.
Soy dueña de todos mis triunfos y logros, de todos mis fracasos y errores.
Como soy dueña de todo mi yo, puedo llegar a conocerme íntimamente.
Al hacerlo, puedo amarme y ser afectuosa conmigo en todo lo que me forma.
Puedo así hacer posible que todo lo que soy trabaje para mi mejor provecho.
Sé que hay aspectos de mí misma que me embrollan, y otros aspectos que no conozco.
Mas mientras siga siendo afectuosa y amorosa conmigo misma, valiente y esperanzada, puedo buscar las soluciones a los embrollos y los medios para llegar a conocerme mejor.
Sea cual sea mi imagen visual y auditiva, diga lo que diga, haga lo que haga, piense lo que piense y sienta lo que sienta en un instante del tiempo, esa soy yo.
Esto es real y refleja donde estoy en ese instante del tiempo.
Más tarde, cuando reviso cuál era mi imagen visual y auditiva, que dije y que hice, que pensé y que sentí, quizá resulte que algunas piezas no encajen.
Puedo descartar lo que no encaja y conservar lo que demostró que si encaja. E inventar algo nuevo en vez de lo que descarté.
Puedo ver, oír, sentir, pensar, decir y hacer.
Tengo las herramientas para sobrevivir, para estar cerca de otros, para ser productiva, y para encontrar el sentido y el orden del mundo formado por la gente y las cosas que me rodean.
Soy dueña de mí misma,
Y por ello puedo construirme.
Yo soy yo y estoy bien.
Te invito desde aquí a disfrutar de este maravilloso viaje… de sombra y luz, como la vida es.
Gracias por tu compañía…
Por Susana Benito
Colaboradora de Crearte, médico Rehabilitador y experta en Coaching y PNL