Tras un año de trabajo todos esperamos las vacaciones como si fuesen el maná que caído del cielo resolverá todos nuestros problemas.
Proyectamos en las vacaciones nuestros deseos de tener una vida distinta, de escapar de la rutina, de hacer todo lo que no hacemos normalmente, o de no hacer absolutamente nada.
En cualquier caso muchas veces generamos tales expectativas con respecto a las vacaciones, que por no ser realistas, lo que logramos es frustrarnos.
Este verano te propongo dedicarte las vacaciones como un regalo personal para disfrutar. Y los regalos se hacen desde el amor y se toman con amor. Sin exigencias, sin expectativas y sin prisas.
Date tiempo para descansar.
La primera clave para este verano es que proyectes un tiempo y un espacio para descansar después de un año de esfuerzos, de trabajo, de ocupaciones. Necesitas darte un tiempo para ti.
Aprovecha y disfruta cada momento.
A veces elegimos un destino de vacaciones y aunque estemos allí físicamente, nuestra mente anda a kilómetros de distancia. Nuestro inconsciente nos lleva a otro lugar casi sin darnos cuenta. Te propongo que pongas tu atención y estés presente tanto en el lugar que elijas para disfrutar de tus vacaciones como en el momento en que te encuentres.
Incorpora nuevos hábitos saludables para reconectar.
Aprovecha este tiempo de descanso para incorporar esos nuevos hábitos que llevas tiempo deseando y para los que aún no has encontrado el momento. Algunas ideas sobre las que trabajar en tu proceso de reconexión, son:
- Reconecta con tu cuerpo. Puedes hacerlo tanto a través del ejercicio físico, como de la alimentación. Elige una rutina física que te permita ponerte en marcha, aprovecha para elegir los alimentos que te nutren con cariño, cocina platos para los que sientes que no tienes tiempo en el día a día, incluso realiza algunos días de ayuno o alguna dieta depurativa que te ayude a eliminar toxinas, siempre consultando a un profesional cuando sea preciso. Son muchas las opciones que tienes a tu disposición.
- Reconecta con tu mente y tus emociones. Puedes servirte de la escritura, de la meditación, la lectura, las manualidades, los mandalas, etc. Hay muchas técnicas que puedes utilizar según tus gustos y los recursos a tu diposición.
- Reconecta con la naturaleza. La naturaleza es nuestra principal fuente de salud. Salir a caminar, disfrutar de la playa, del mar, la montaña, el aire libre, el sol, todo ello nos conecta con sensaciones agradables que son fuente de serenidad y de vida.
- Reconecta con tu familia. La familia es uno de los pilares más importantes en nuestras vidas. Si sientes que lo necesitas invierte energía en buscar un espacio de intimidad desde el que interesarte y conocer realmente a las personas con las que compartes tu vida en el día y a las que muchas veces no tenemos tiempo de conocer realmente. Descubre sus gustos, inquietudes, miedos, ilusiones, etc. Escúchales como si fuera la primera vez que te hablan.
- Reconecta con tus amigos. las nuevas tecnologías traen consigo grandes regalos como, por ejemplo, la posibilidad de permanecer en contacto con los amigos a pesar de la distancia o de hacer nuevas amistades. Sin embargo, la era de las redes sociales también ha derivado en un menor grado de intimidad en las relaciones personales. Durante las vacaciones aprovecha para favorecer encuentros de mayor intimidad que te acerquen a través de la presencia real de las personas a las que quieres.
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Y recuerda siempre que el tiempo mejor aprovechado es el tiempo que dedicas a AMAR. Por tanto aprovecha el verano para amarte y amar a los demás.