Seguro que conoces a personas con un elevado cociente intelectual y que, sin embargo, les cuesta llevar adelante sus proyectos, cultivar relaciones sólidas, trabajar en equipo, liderar a otros, etc.
La razón es que la inteligencia emocional es una meta-habilidad que determina en qué medida podremos utilizar correctamente otras habilidades que poseemos, incluida la inteligencia cognitiva.
Pero, entonces, ¿Qué es la inteligencia emocional?, ¿Cómo surge?, ¿Para qué sirve?…En este artículo hablaremos de todo ello y mucho más, no te lo pierdas y sigue leyendo.
¿Qué es la inteligencia emocional en pocas palabras?
La inteligencia emocional nos remite a nuestra capacidad para reconocer, comprender y regular nuestras emociones, así como identificar y responder adecuadamente a las de los demás.
Además, diferenciamos entre inteligencia emocional intrapersonal e interpersonal.
La primera es la habilidad de conocerse a uno mismo incluyendo nuestras emociones, valores, creencias y motivaciones. Y usar ese conocimiento para autorregularnos y tomar decisiones alineadas con nuestras metas.
La segunda, la habilidad de comprender y relacionarse eficazmente con otros. Lo que implica habilidades como la empatía, comunicación asertiva, trabajo en equipo, gestión de conflictos, habilidad para construir y mantener relaciones positivas, etc.
En Crearte Coaching llevamos años estudiando y profundizando en el desarrollo de la inteligencia emocional y ayudando a las personas a fortalecerla y ponerla en práctica de forma fácil y sostenible.
Como resultado de estos años de estudio y profundización sabemos que incrementar la inteligencia emocional forma parte de un proceso de reconexión con uno mismo. Un viaje que comienza por desarrollar nuestro observador interno para hacernos conscientes de lo que sentimos. Asumir la responsabilidad sobre ello sosteniéndolo con amabilidad y sin juicio. Y comprenderlo para descubrir qué necesitamos en cada situación y comenzar a gestionarlo.
Te invito a descubrir más sobre qué es la inteligencia emocional en el siguiente video.
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¿Cómo surge la inteligencia emocional y de dónde toma sus bases?
La inteligencia emocional se popularizó en 1995 con el éxito del libro de Daniel Goleman «Inteligencia Emocional». Una obra que nos da una nueva perspectiva del potencial del ser humano desde un planteamiento humanista y emocional.
Sin embargo, aunque es Goleman quien más ha contribuido a difundir la importancia de la inteligencia emocional, el estudio de las emociones y los sentimientos parte de la filosofía como ciencia que permite al ser humano profundizar en su esencia. Sócrates, célebre por el mensaje «conócete a ti mismo y conocerás el universo», pone en primer plano el valor de la introspección, la mirada al interior y la comprensión de los sentimientos y emociones propias.
Howard Gardner, conocido por su teoría de las inteligencias múltiples, propuso en los años ochenta la existencia de diferentes inteligencias entre las que encontramos el germen de lo que consideramos inteligencia emocional. Las inteligencias intrapersonal e interpersonal parten de la teoría de Gardner.
Coetáneos de Goleman y Gardner son los psicólogos estadounidenses, John Mayer y Peter Salovey. Autores de un artículo donde aparece la primera definición formal de inteligencia emocional en 1990. La capacidad para percibir, comprender, regular y manejar las emociones propias y las de los demás, discriminar entre ellas y usar dicha información para guiar nuestros pensamientos y comportamientos.
Junto a ellos, otras muchas personas como Reuver Bar-On, Richard Boyatzis, Annie McKee, Barbara Fredrickson, Paul Ekman, Robert Plutchik, Rafael Bisquerra, etc. Han expandido el campo de la inteligencia emocional desde diferentes perspectivas, integrándola en áreas como la educación, el liderazgo, la psicología positiva y el trabajo en equipo.
Bajando a la práctica, nos hacemos preguntas como: ¿Estoy realmente conectado y en sintonía con mi mundo interno?, ¿por qué es tan importante la inteligencia emocional?, ¿cuáles son las competencias de la inteligencia emocional y cómo desarrollarlas?
¿Cómo saber si una persona tiene inteligencia emocional?
El talento en este campo se manifiesta con especial relevancia en las relaciones personales.
Una persona con inteligencia emocional expresa sus sentimientos con seguridad. Establece límites claros y tiene la capacidad de rectificar cuando se equivoca. No se enfoca únicamente en sí misma, colabora desde la visión del «nosotros».
Asimismo, destaca por un alto nivel de desarrollo y aplicación práctica de habilidades clave como la introspección, conexión con las sensaciones sentidas, atención plena, autorregulación, empatía, asertividad, gestión de conflictos, capacidad de negociación, habilidades sociales, habilidad para automotivarse, etc.
En la práctica, que una persona tenga inteligencia emocional significa que asume la responsabilidad sobre su felicidad, decisiones y acciones. Toma las riendas de su vida sin dejar que su estado de ánimo o su comportamiento estén determinados por factores externos.
Por ejemplo, alguien con una alta inteligencia emocional no descarga su frustración o su malestar con un amigo o un familiar tras haber tenido un mal día en el trabajo, no se bloquea anticipando escenarios negativos, etc.
Sin embargo, todos sabemos por experiencia propia que esto no es tan fácil. Lo que hace importante que pongamos nuestra atención en desarrollar estas habilidades.
¿Por qué es importante tener inteligencia emocional?
Para no sentirte desbordado por las situaciones como si las cosas o las personas te pasasen por encima. Por ejemplo, para no tomar una decisión precipitada bajo el impacto de la impaciencia, no decir algo que hiera los sentimientos de otra persona tras un enfado, no desanimarte cuando algo no sale como esperabas, no mendigar el reconocimiento de los demás en lugar de reconocerte a ti mismo. Y suma y sigue, pues la lista es interminable.
Sé que vivimos tiempos marcados por el cambio, la velocidad y la incertidumbre. Sin embargo, hay factores inherentes a la naturaleza humana que permanecen. Y la capacidad de sentir, mostrar empatía o expresar emociones es un claro ejemplo.
Además, las emociones forman parte de nuestro día a día. Por eso, es importante que aprendas a reconocerlas, ponerles nombre, hacerte cargo de ellas y relacionarte de forma positiva con lo que te ocurre.
Al gestionar tus emociones y pensamientos de un modo más hábil dejas de reaccionar constantemente a lo que ocurre y de avanzar de forma automática en tu día a día. Esto te ayuda a hacerte más responsable del reto de liderar tu vida con mayor consciencia y sabiduría. Ademas de potenciar tu éxito y bienestar personal en todas las esferas de tu vida.
Descubre más sobre por qué es importante tener inteligencia emocional en el siguiente video.
¿Cuáles son las competencias o componentes de la inteligencia emocional?
Aunque la inteligencia emocional puede parecer un concepto amplio, casi abstracto, en realidad está formada por un conjunto de habilidades concretas que cualquiera puede desarrollar. Estas habilidades, son como los ingredientes de un guiso. Cada uno tiene unas propiedades y cumple una función específica, pero juntos te permiten afrontar mejor los desafíos de la vida y saborearla en plenitud.
Las competencias de la inteligencia emocional se dividen en dos grandes áreas: intrapersonales e interpersonales. Dentro de estas dos áreas, hablamos de cinco competencias principales que, aunque no nacemos con ellas totalmente desarrolladas, están dentro de todos nosotros esperando a ser entrenadas.
Competencias intrapersonales
Son las competencias que te permiten gestionar de un modo saludable tu relación contigo. Desarrollarlas es imprescindible para cultivar una sólida inteligencia emocional. A veces queremos comprender y gestionar lo que ocurre a nuestro alrededor, sin comprendernos y regularnos antes a nosotros mismos. Y esto no funciona.
Autoconciencia
Es la capacidad de ser conscientes de lo que sucede en nuestro interior. De darnos cuenta de qué sentimos tanto a nivel emocional como físico y de cómo esto influye en nuestros pensamientos y acciones. Así, por ejemplo, observas que estás irritable porque no has descansado bien en lugar de culpar a los demás. En Crearte Coaching la práctica de la atención plena juega un papel esencial para contribuir al desarrollo de esta competencia que es la base de las demás.
Autorregulación
La autorregulación es la capacidad para manejar tus emociones de forma adecuada, sin reprimirlas ni reaccionar de forma impulsiva frente a los desafíos. Pone de manifiesto la habilidad para responder con calma y flexibilidad a lo que nos sucede. Por ejemplo, permite ajustar el nivel de intensidad de una emoción para que no interfiera de forma negativa en el bienestar emocional, en la toma de una decisión o en la relación con otra persona.
Automotivación
Cuando, aunque sientes miedo al fracaso, decides intentar algo porque estás enfocado en el aprendizaje y el crecimiento, es porque estás motivado. La automotivación pone el foco en el poder que tenemos para influir directamente en el logro de nuestros propósitos. Es un motor interno que aporta razones para seguir avanzando. Alimenta tu compromiso con la acción incluso frente a la adversidad.
Competencias interpersonales
Las competencias interpersonales son las que nos permiten relacionarnos de manera efectiva, empática y constructiva con otras personas. Están en el núcleo de nuestras interacciones sociales. Nos ayudan a comprender los sentimientos, puntos de vista y necesidades de los demás, y a responder promoviendo una mayor conexión, comprensión y colaboración.
Empatía
La empatía es la capacidad de conectar, escuchar y comprender la realidad de otras personas sin juzgar su historia. En el marco de la inteligencia emocional supone trascender la propia historia personal, experiencia y valores individuales para comprender y conectar con el otro. En nuestro cursos Especialista en Inteligencia emocional y atención plena en Madrid y Especialista en Inteligencia emocional y atención plena Online vamos aún más allá de esta competencia cultivando también la compasión como capacidad natural del corazón para conectar con el sufrimiento ajeno y con el deseo sincero de contribuir a aliviarlo.
Habilidades sociales
Las habilidades sociales influyen en la construcción de vínculos enriquecedores y relaciones estables con los demás. Por ello, nuestro curso en inteligencia emocional te ayuda a profundizar en el modo que tienes de relacionarte para construir desde él. Por ejemplo, si sabes escuchar y lo demuestras durante una reunión, logras que todos se sientan incluidos y aporten más y mejor.
Estas competencias no son innatas, sino que se desarrollan con reflexión y puesta en acción. Entenderlas y trabajarlas es clave para que puedas vivir de forma más equilibrada y conectada, tanto contigo como con los demás.
¿Cómo desarrollar la inteligencia emocional?
La inteligencia emocional, al igual que otras capacidades, se aprende y desarrolla con la práctica. No se trata por tanto de un bien innato. Todos tenemos la posibilidad de cultivarla de forma consciente.
El ser humano tiene la capacidad de emprender un proceso de profunda transformación interna. Ese viaje se transforma en un reto, una búsqueda al encuentro con uno mismo.
Para mejorar tu inteligencia emocional, y desarrollar las habilidades que la integran, es importante que adoptes en el día a día una mentalidad de crecimiento, humildad y un estilo de vida consciente. Durante mis años de estudio y experiencia acompañando procesos de transformación, he ido dando forma a un proceso de aprendizaje integrado por cinco etapas que, de manera natural, ayudan al desarrollo de las competencias emocionales.
Desarrollar el observador
Al igual que sabes que las nubes no son el cielo, tus pensamientos, emociones y comportamientos, no son tú. Son contenidos que vienen y van, como lo hacen las nubes. Desarrollar el observador que eres te ayuda a ser más consciente de esos contenidos para aprender a relacionarte con ellos sin rechazo ni apego.
Al hacerlo, comienzas a crear un espacio de libertad que te permite tomar distancia para dejar de reaccionar en automático a los estímulos de la vida. Empiezas a responder de forma más consciente, libre y sabia. Con lo que incrementas tu bienestar emocional, físico y mental.
El observador que eres es libre. No necesita identificarse con la mente, el cuerpo, ni las emociones. Aunque es consciente de todo ello y aprende de lo que la vida le trae en cada momento.
Hacerse responsable
Hacerse responsable es darse permiso para acogerlo todo: lo que te gusta y lo que no, y preguntarte qué puedes aprender de ello. Al hacerlo podrás ver información que de otro modo quedaría reprimida, y puedes hacerte cargo de tu propia vida.
Cuando ante una situación que no te gusta se dispara una emoción o sensación desagradable, es muy probable que un mensajero esté llamando a tu puerta con un recado importante para ti.
Detrás de cada emoción hay un aprendizaje a realizar. Si en lugar de dar con la puerta en las narices al mensajero, te observas de forma amable y sin juicio, descubrirás qué tienen que ver contigo esas situaciones, y qué necesitas para hacer las paces contigo y seguir creciendo.
Identificar las emociones
Cuando afirmas «me siento triste» estás reconociendo y poniendo nombre a lo que sientes. A partir de ahí, puedes explorar de qué te habla esa tristeza, para qué está en tu vida, qué aprendizajes te trae y qué puedes empezar a hacer diferente.
Desarrollar tu capacidad de nombrar lo que sientes es vital para gestionarlo de forma ecológica para ti y tu entorno.
Al ampliar tu vocabulario emocional y detectar esos círculos viciosos de pensar y sentir, que muchas nos llevan a bucles de los que no sabemos cómo salir, aprendemos a pararlos y a construir una nueva manera de relacionarnos con todos esos contenidos, desde el observador consciente que somos.
Comprenderlas y regularlas
¿Te has planteado la diferencia entre vivir una emoción, dejarte llevar por ella o engancharte a lo que sientes? Una máxima de la autorregulación emocional es darnos cuenta de que todo pasa por y para algo.
Al comprender lo que sientes puedes dar sentido a tus vivencias emocionales. Al hacerlo, descubres qué necesitas y qué aprendizajes te toca realizar para dar un lugar a lo que sientes, aprender de ello y continuar adelante con más sabiduría y fortaleza, gracias a la experiencia vivida.
Una etapa en la que, como en las demás, descubres poderosas herramientas para entender y regular las emociones desagradables que nos visitan en el día a día.
Tomar la vida con alegría
Tomar la vida con alegría es tomarlo todo. Porque solo lo que tomas es lo que tienes disponible para tu vida.
Nuestra tendencia automática es quedarnos con lo que nos gusta y rechazar o tratar de endosar a otros lo que nos provoca malestar. Sin embargo, al hacerlo estás diciendo no a parte de la vida. Y la vida eres tú.
Cuando niegas una parte de ti también niegas parte de los talentos, habilidades y recursos que tienes y que te han convertido en la persona que hoy eres.
Decide qué importancia quieres dar a la inteligencia emocional en tu vida. Elige por dónde empezar a trabajar y profundizar a partir de ahora. Este viaje no finaliza nunca y son infinitas las posibilidades de crecimiento cuando decides apostar por ti.
La inteligencia emocional en diferentes ámbitos
La inteligencia emocional fomenta el desarrollo integral de la persona en todos los ámbitos de la vida: educación, familia, trabajo y sociedad.
En la educación
La inteligencia emocional cada vez está más presente e integrada en el sector de la educación, donde fomenta un desarrollo pleno, humanista, holístico e integral de la persona para impulsarle en su crecimiento, en lugar de enfocarse únicamente en la adquisición de conocimientos académicos.
Diversos estudios respaldan que los estudiantes que desarrollan inteligencia emocional tienen mejores resultados académicos, relaciones más saludables y una mayor capacidad para enfrentar desafíos. La conexión entre inteligencia emocional y educación crea el binomio perfecto para impulsar a las personas hacia su plenitud.
En la familia
En el ámbito familiar, la inteligencia emocional es clave para construir vínculos afectivos sólidos, donde las emociones sean atendidas, comprendidas y gestionadas de forma hábil y positiva.
Ayuda a mejorar la comunicación, reducir conflictos y enseñar a las nuevas generaciones a convivir desde la empatía y el respeto mutuo con el propio ejemplo.
En el trabajo
En el ámbito laboral es esencial ir más allá de conocimientos técnicos y especializados para recordar que, el trabajo entre personas debe tener, ante todo, un enfoque humano.
La inteligencia emocional potencia el liderazgo, el trabajo en equipo y la gestión de conflictos. Favorece el sentido de pertenencia, asentando los cimientos de los equipos y alimentando el salario emocional.
Las personas emocionalmente inteligentes crean ambientes laborales más saludables y productivos, donde prima la colaboración y el bienestar, lo que beneficia tanto a los individuos como a las organizaciones mejorando los resultados, atrayendo el talento, generando confianza y reforzando la motivación.
En la sociedad
A nivel social, la inteligencia emocional es un pilar esencial para construir comunidades más conscientes, inclusivas, respetuosas, responsables y cohesionadas.
Fomenta la comunicación, la empatía hacia diferentes perspectivas y culturas y la compasión ante el sufrimiento ajeno. Lo que es esencial para cultivar una humanidad compartida en un mundo globalizado donde la convivencia depende de nuestra capacidad para entendernos y trabajar juntos.
La inteligencia emocional es un factor clave en nuestra evolución como especie que nos hace más conscientes del impacto que nuestros pensamientos, emociones y acciones tienen no solo en nuestra vida, también en la de los demás y en el planeta que es el hogar de todos.
¿Cómo elegir un curso de inteligencia emocional?
Si estás considerando trabajar en tu inteligencia emocional, sé que actualmente la oferta es muy amplia y no es fácil distinguir entre todo lo que hay para hacer una elección acertada. Aquí te doy algunas claves para elegir bien:
Practicidad
Asegúrate de elegir un curso muy práctico. La inteligencia emocional no se desarrolla leyendo, viendo videos o asistiendo a clases magistrales. Requiere de un espacio seguro en el que compartir, sentirse escuchado y practicar en un entorno de confianza donde te sientas sostenido por el equipo de facilitadores y por el propio grupo.
Equipo docente
Es importante que elijas un equipo de profesionales con experiencia en el acompañamiento directo de procesos de transformación. Existen muchos cursos que suenan bien ya sea por los contenidos o por las organizaciones que los respaldan, donde el equipo docente se dedica solo a la docencia y no a acompañar los procesos de las personas implicadas. Valora tanto su formación como su experiencia profesional y vital, además de sentir que te inspiran confianza.
Grupos reducidos
Para que el proceso te merezca la pena es muy importante formar parte de un grupo que puedas llegar a considerar tu familia. Compartir lo que nos mueve emocionalmente no es fácil. Y menos cuando hemos sido educados en entornos donde hablar sobre lo que sentimos y sentirnos acogidos no ha sido lo habitual. La energía y el dinamismo que circulan en los grupos ayuda a las personas a ventilar sus problemas, compartir y encontrar soluciones gracias al trabajo que todos hacemos juntos.
Modalidad
Elige la modalidad que mejor se ajuste a tu estilo de aprendizaje y disponibilidad. En Crearte ofrecemos Curso Especialista en Inteligencia Emocional y Atención Plena presencial en Madrid y nuestro curso de Inteligencia Emocional y Atención Plena Online con clases en vivo.
Testimonios
Busca reseñas o recomendaciones de personas que ya hayan tomado el curso. Esto te dará una idea de lo que puedes esperar y de si cumplió con las expectativas de otros participantes.
Recuerda que invertir en tu inteligencia emocional es una de las mejores decisiones que puedes tomar para mejorar todos los ámbitos de tu vida. Elige un curso que te inspire, te rete y te dé herramientas para crecer, conectar contigo y con los demás. También te puede interesar nuestro curso de iniciación a la inteligencia emocional: autorregulación emocional.
Escrito por Beatriz García Ricondo
Beatriz es la fundadora de Crearte, facilita procesos de transformación desde hace ya más de 14 años. Su experiencia como coach, mentora y facilitadora abarca ámbitos diversos como la empresa, la educación y el desarrollo personal y transpersonal.
Certificada como Coach MCC por la International Coach Federation (ICF) y como CPS por la Asociación Española de Coaching (ASESCO). También socia fundadora y coach certificadora en OCC-Internacional.
Es Terapeuta Transpersonal, facilitadora de Mindfulness, certificada por Brown University como profesora de MBSR (Mindfulness based stress reduction). Experta en coaching sistémico individual y de equipos, en Programación Neurolingüística (PNL), inteligencia emocional, EFT, Mindfulness para el cultivo de la compasión, Eneagrama, constelaciones organizacionales, técnicas de alto impacto y aprendizaje acelerado, entre otras disciplinas de desarrollo.