Uno de los aprendizajes más relevantes que podemos conquistar en nuestra existencia es vivir el presente. A pesar de ello, es muy probable que tropecemos en numerosas ocasiones con dificultades similares que se reflejan en la anticipación del futuro, la prisa o la idealización de algún momento pasado. En Crearte Coaching ofrecemos diferentes recursos y experiencias para conectar con el ahora: formación de calidad sobre inteligencia emocional, mindfulness y coaching. También compartimos publicaciones en redes sociales con píldoras para reflexionar y planificamos una variada agenda de actividades. ¿Pero por qué nos resulta tan difícil en tantos momentos estar y vivir en el presente?

1. Cuando la incertidumbre a largo plazo nos hace sentir vulnerables

Evidentemente, la sensación de incertidumbre es más intensa cuando la atención viaja a través de la imaginación y se adentra en el mundo de lo posible. Sin embargo, que algo sea posible no quiere decir que ocurra definitivamente (como muestra la diferencia entre la posibilidad y la probabilidad de un suceso determinado). A pesar de ello, nos cuesta vivir el presente cuando nos sentimos vulnerables ante lo que puede pasar en un futuro a largo plazo. Especialmente, si el punto de vista presente visualiza el futuro potencial a través del temor, la intranquilidad, el pesimismo o la inseguridad.

2. La reflexión en torno a la existencia implica ir más allá del presente

Sin duda, es aconsejable que aprendamos a estar más vinculados con el presente para tener una vida plena. Sin embargo, la reflexión en torno a la existencia, la búsqueda de la felicidad, el sentido de la vida o la conciencia de la propia finitud es inherente al ser humano. También podemos viajar al pasado para revivir instantes felices, hacer autocrítica en torno a algunos errores o echar de menos a personas, lugares y experiencias. En definitiva, el encuentro con el pasado y el futuro nos acompaña en nuestro caminar por el presente. Si nos encontramos en un momento en el que nos cuesta vivir plenamente el presente, podemos preguntarnos cuánto tiempo ocupan otras esferas de la línea del tiempo en nuestra realidad actual. Tenemos la capacidad de trascender más allá del ahora, pero es importante que cultivemos la luz del día a día en nuestra vida.

3. A veces, el ritmo diario nos atrapa

No es fácil salir del círculo en torno al que gira el ritmo diario cuando este ciclo deja a su paso la inercia del cansancio, la falta de tiempo para disfrutar más del ocio y otras muchas carencias que se hacen visibles de forma concreta en numerosas historias vitales. A veces, el ritmo de la vida atrapa y deriva en procesos que se suceden de forma mecánica. Evidentemente, podemos desarrollar nuestra capacidad para marcar un punto de inflexión e ir más allá de lo que sucede a nivel externo. Pero el contexto sí tiene una importancia notable en nuestra vida. Y, en ocasiones, ese contexto no facilita el encuentro pleno con el presente.

4. No nos han enseñado de forma práctica a vivir el presente

Hemos experimentado diferentes aprendizajes a lo largo de nuestra vida. Algunos objetivos y logros se enmarcan en el plano académico. En la actualidad, la inteligencia emocional tiene una mayor visibilidad en el ámbito educativo, social y familiar. A pesar de ello, vivir el presente es, en esencia, una realidad interna que se descubre a nivel vivencial de forma práctica. No nos han enseñado de forma práctica a vivir realmente el presente. Y, cuando descubrimos qué recursos pueden ayudarnos a cultivar la presencia consciente, no siempre mantenemos la constancia necesaria en el ejercicio de ese entrenamiento.

5. Encontramos muchas excusas y distracciones a nuestro paso

Las razones por las que nos alejamos del presente pueden ser muy variadas. A veces, somos nosotros mismos los que encontramos una lista interminable de razones, excusas y distracciones para no disfrutar del presente. Tal vez no lo hacemos de manera intencional, aunque solemos ser más conscientes de cuánto tiempo perdemos en torno a cuestiones secundarias, precisamente, cuando ocurre algo verdaderamente relevante que nos posiciona ante la realidad desde una mirada más nítida.

¿Por qué nos cuesta estar y vivir en sintonía con el presente? Es una pregunta abierta que, aunque está formulada en forma de nosotros, cada persona puede responder a nivel individual. Es decir, si te cuesta vivir el presente y quieres avanzar hacia un mayor nivel de presencia consciente, es aconsejable que identifiques cuáles son esos límites, obstáculos y dificultades que encuentras en tu camino. ¿Por qué nos cuesta estar y vivir en sintonía con el presente en la sociedad actual? Porque, en muchos momentos, tendemos a identificarnos con el hacer, la productividad y los resultados. Y vivimos a la espera de alcanzar otros logros, percibir los frutos del esfuerzo presente o conquistar una situación más positiva. Es decir, no fluimos verdaderamente con el plano del ser y la aceptación de lo que es.

Ojalá que la primavera, o el momento en el que leas este artículo, te inspire para hacer aquellos cambios que creas convenientes si quieres vivir más conectado con el presente. ¿Quieres compartir tu punto de vista sobre las razones que nos llevan a vivir tan vinculados con el ritmo de la prisa o cualquier otra cuestión relacionada con el tema? ¡Te invitamos a compartir tu comentario en el blog de Crearte Coaching!

 

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