La Navidad y el amor son dos términos que, con frecuencia, se retroalimentan a través de las demostraciones de afecto y los reencuentros que se producen en este tiempo. Sin embargo, el tipo de relación que estableces contigo mismo es tan importante que, incluso, repercute en tus vínculos con los demás y en la forma de observar la realidad. ¿Cómo nutrir y elevar tu amor propio en fin de año?

1. Date la libertad de vivir la Navidad como tú quieres vivirla

La Navidad también puede estar muy condicionada por los compromisos sociales, las experiencias previas o las creencias. Sin embargo, no existe una única forma de planificar, vivir y disfrutar este tiempo. Especialmente, cuando conectas con tu interioridad y escuchas tus necesidades. Por ejemplo, tal vez prefieras pasar más momentos a solas que en años anteriores.

2. Siente el amor de quienes te acompañan en tu recuerdo

La Navidad es un periodo complejo para muchas personas. Son fechas en las que se hace visible el valor de la presencia. Pero la ausencia de familiares cercanos también adquiere un significado emocional. Pues bien, siente el cariño de quienes te acompañan en tu recuerdo. El amor verdadero, en sus diferentes formas, trasciende a nivel vivencial los límites del tiempo y del espacio. Quizá en algún momento has sentido cómo una palabra, un lugar o una experiencia bonita adquiere una dimensión diferente porque te conecta con alguien que quieres (aunque ya no puedas mirarle a los ojos directamente).

3. Confía: en el Nuevo Año, en ti mismo y en la vida

Durante la Navidad, o en cualquier otro momento, puedes dirigir tu mirada hacia múltiples aspectos distintos. Por ejemplo, algunas preocupaciones pueden causar inquietud o intranquilidad. Pues bien, aprender a confiar también es una decisión que puedes tomar de forma consciente. Empieza por ti mismo: conecta con tu propio potencial a través del aprendizaje, la resiliencia, el cuidado personal y la inteligencia emocional.

4. Perdónate: abraza tu ser

A veces, la mayor fuente de sufrimiento no reside en decepciones y heridas que se enmarcan en historias de amor o amistad. El peso de la culpa, por ejemplo, es una carga que produce un enorme desgaste y debilita el amor propio con un diálogo interior negativo. Aunque la búsqueda de la alegría o la felicidad no está determinada de forma absoluta por el día del calendario, la recta final de año puede ayudarte a despedirte de este capítulo de forma constructiva para dar la bienvenida a las nuevas aventuras que te esperan en 2024.

5. Celebra tu presente (y no te compares de forma negativa con otras personas)

La Navidad es un periodo que invita a la celebración. Y la filosofía de la celebración puede convertirse en una inspiración que guíe tus pasos durante el resto del año. Vive hoy y abraza el instante: el presente es un regalo vital que puede ayudarte a valorar aquello que tienes. Cuando la mirada no se alinea principalmente con el ahora, sino que se centra principalmente en el futuro o en el pasado, hay muchos aspectos importantes que se relativizan. Es decir, la sombra de las carencias puede hacer que otros bienes pasen totalmente desapercibidos o que parezcan insignificantes cuando se analizan desde otras expectativas incumplidas.

6. Haz espacio en tu vida a quienes te quieren de verdad (aquellos que desean que estés a su lado)

La compañía y el cariño de los demás también se convierte en un alimento para el amor propio. Las caricias emocionales de quienes te valoran y te acompañan produce un efecto terapéutico en forma de optimismo, alegría y esperanza. Las relaciones personales pueden ser muy sencillas, pero también muy complejas. Cualquier vínculo que no es correspondido es un ejemplo de ello. No te aferres a un lazo que únicamente se sostiene porque tú lo alimentas (especialmente, si esa situación te hace sufrir o te produce una profunda tristeza).

7. Deja que tu corazón hable: escribe tu particular carta de deseos a los Reyes Magos (o a la vida)

Un deseo no es por sí mismo un objetivo personal (pero sí puede transformarse en una meta alcanzable). En cualquier caso, desear también es un acto agradable y positivo. Deja que tu corazón hable. Y escribe tu particular carta para anotar por escrito cualquier idea que te inspire. Ojalá que durante esta Navidad vuelvas a soñar como cuando eras un niño. Esta lista de deseos que te proponemos en la etapa adulta no se centra en regalos materiales, sino en bienes emocionales e ilusiones que son importantes para ti.

Disfruta del tiempo que pasas en tu compañía durante la próxima Navidad. Invierte ese tiempo en experiencias que te aporten calma y bienestar.

 

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