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Pasa el tiempo y llegamos al final del año. Un final que nos abre la puerta a la posibilidad de un nuevo comienzo, si sabemos aprovecharlo.

Te propongo detenerte un momento y hacer balance de las experiencias y los aprendizajes que 2021 te ha traído.

Merece la pena parar y hacerse consciente de lo que la vida te ha regalado y te regala. De lo que te gusta y puedes disfrutar y de lo que te ha hecho aprender, aunque no siempre haya sido del modo en que deseabas.

Para ayudarte te propongo comenzar practicando la última de las actitudes Mindfulness que te traigo a este espacio. La gratitud.

¿Qué es la gratitud?

La gratitud es un tema que se viene abordando por la filosofía desde la antigüedad. Cicerón afirmaba que la gratitud no sólo era la mayor de las virtudes, sino que estaba emparentada con todas las demás.

Sin embargo, en los últimos años, ha pasado a ser también objeto de estudio de la psicología y la neurociencia. Descubriéndose, por ejemplo, que las personas agradecidas tienen menos posibilidades de padecer estrés y depresión, y se sienten mucho más satisfechas en sus relaciones sociales.

Estudios como los de los científicos Robert Emmons y Michael McCullough muestran que la gratitud fortalece nuestro sistema inmune, reduce la presión arterial, y nos hace menos susceptibles al dolor y el malestar.

Está demostrado que expresar gratitud es un modo fácil y efectivo de incrementar nuestro bienestar, dormir mejor, sentirnos más valiosos y merecedores, reducir el estrés y disfrutar de una vida más plena.

Todos hemos pasado por situaciones más o menos difíciles en nuestras vidas. Y, como bien sabes, pasado un tiempo todo adquiere un significado. Como dice la famosa frase “lo que no te mata, te hace más fuerte”. Es por ello por lo que podemos agradecer incluso esas dolorosas experiencias que han traído aprendizaje y madurez a nuestra vida.

Por ello te invito a cultivar tu agradecimiento sincero no solo por el momento presente sino también por todo lo que has pasado y por todas las cosas que están por venir.

¿Cómo practicar la gratitud?

Cuando tu corazón está lleno te sientes agradecido. Sin embargo, en ocasiones nos fijamos más en lo que creemos que nos falta que en todo lo que tenemos. Por ello te propongo unos sencillos ejercicios para vivir desde un corazón lleno.

Comienza el año cultivando la gratitud. Ponte manos a la obra:

  • Crea tu propio diario de gratitud. Elige para ello una bonita libreta, si te resulta inspirador, y, al final de cada día, escribe tres cosas que hayan sucedido por las que quieras agradecer. Aunque habrá cosas que se repitan, trata de bajar a detalles concretos. Por ejemplo, en lugar de agradecer por las comodidades que tienes, agradece esa ducha caliente al principio o al final del día, el aroma del jabón, haberte podido preparar esa sopa cliente gracias a disponer de energía eléctrica, etc. El hecho de sentarte a recoger todas esas cosas que agradecer llenará sin duda tu corazón. Y, además, será un recurso extraordinario al que recurrir en los malos momentos.
  • Tanto si convives con otras personas como si no, puedes tener tu tarro de gratitud. Podéis decorar en casa un tarro de cristal que reutilicéis de algún alimento, y convertirlo en un lugar donde cada día metáis papelitos con cosas que agradecer. Al final de la semana podéis dedicar unos minutos, a modo de ritual, a sacar algunos papeles al azar y poner en común los agradecimientos. Si tienes niños, será un bonito e inspirador recurso para enseñarles a agradecer.

Y si quieres seguir profundizando en tu práctica de Mindfulness y Gratitud para incrementar tu bienestar puedes regalarte por Reyes nuestro próximo curso de Gestión del Estrés Basada en Mindfulness (MBSR) descubriéndolo AQUÍ. Estaré encantada de acompañarte.

Un abrazo consciente y muchas gracias.

 

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