Detrás de cada proceso de coaching, existe una historia vital. Es decir, cada aprendizaje se contextualiza en unas circunstancias específicas. Aunque la dinámica del proceso pone el foco en cuestiones clave como el objetivo, el compromiso personal, el desarrollo de habilidades o el proyecto personal, existen otras variables que desde una base más general aportan luz a aquello que tiene que ver con lo humano: la búsqueda del bienestar o el deseo de mejorar es una constante. Pues bien, para cultivar la alegría y la serenidad, en primer lugar, recuerda que mereces ser feliz. Y cultiva esa creencia como un valor firme que alimenta tu autoestima. Mereces ser feliz: cómo creer en tu propio valor cada día.

1. No te compares: abraza tu ser desde la aceptación incondicional

Aplica esta sugerencia más allá de las relaciones personales. Es decir, no es recomendable que te compares de forma recurrente con personas cercanas, amigos, compañeros de trabajo… Y es que, la óptica de la comparación te aleja de un punto clave: tu propio centro. Tampoco te compares con un ideal de perfección basado en la exigencia de aquello que te hubiese gustado conseguir o con cualquier otra referencia que alimente la frustración, el malestar o el sufrimiento. ¿Qué otra mirada puedes cultivar que no te lleve a la trampa de la comparación? Contempla tu propia evolución: ¿Cuáles han sido los aprendizajes más valiosos que has alcanzado durante el último año o en un periodo de tiempo más amplio?

2. Ten paciencia

La inercia que produce la inmediatez, cuando se interioriza y se normaliza en el estilo de vida, produce falsas expectativas. La paciencia, con mucha frecuencia, es un ingrediente fundamental para cultivar el amor propio, alcanzar un objetivo, celebrar las pequeñas metas o disfrutar del presente. Mereces ser feliz y sentir un alto nivel de armonía interior en este mismo instante. Intenta que tu felicidad actual no quede en pausa por una meta que está en proceso de cumplirse (pero que tal vez no se produzca ni en el plazo ni en la forma en que habías imaginado). Ten paciencia (cada día). 

3. No reprimas u ocultes las emociones desagradables

Mereces ser feliz, pero la felicidad también tiene muchos matices. Matices que conectan directamente con el lenguaje de la vulnerabilidad y la sensibilidad. Mereces ser feliz. Pero no confundas la auténtica felicidad con una línea recta totalmente previsible. Para realizar un proceso de autoconocimiento sincero, es recomendable atender e identificar aquellas emociones que están enviando algún tipo de mensaje (aunque sea a través de sensaciones incómodas o desagradables).

4. No racionalices todo lo que pasa en tu vida

Es posible analizar la existencia dando prioridad a una perspectiva lógica y racional. Sin embargo, en el mundo del crecimiento personal, adquieren un significado profundo las metáforas, los símbolos o la búsqueda de sentido. Es decir, es posible ampliar dicha perspectiva a través de la intuición, las emociones, la confianza… Practica alguna rutina que te nutra a nivel interno. Por ejemplo, si quieres reafirmarte todavía más en que eres merecedor de la felicidad, integra alguna rutina que se alinee con la gratitud o la atención plena. La elaboración de un diario, como hemos comentado en el blog de Crearte en otras ocasiones, es un ejemplo práctico.

5. Recuerda un momento en el que fuiste consciente de que mereces la felicidad

¿Qué ocurrió en aquel entonces? ¿Cómo puedes trasladar la esencia de ese instante a tu situación actual? ¿Qué reflexión extraes de los detalles más significativos del momento, más allá de aspectos secundarios o cambiantes? Pues bien, más allá de las diferencias y el salto temporal entre ese pasado y el presente, hay una ley invariable: también mereces ser feliz aquí y ahora. Pero hay un paso importante para conectar con esa dimensión: concédete el permiso para ser feliz sin buscar excusas.

Aunque pueda parecer evidente que todo ser humano merece ser feliz, porque la felicidad forma parte de su propia realización personal, no siempre nos comportamos como si realmente supiéramos que somos merecedores de la alegría, la ilusión y el bienestar. Por esta razón, muchos procesos de coaching conectan con lo esencial: el fortalecimiento de la autoestima a través del cuidado y el comportamiento con uno mismo. Mereces ser feliz, y otras personas pueden repetirte esta idea hasta el infinito. Sin embargo, el mensaje cala de una forma más profunda en el interior cuando, verdaderamente, forma parte de tu diálogo. En los cursos, eventos, talleres y actividades que programamos en Crearte no solo te acompañamos en esa búsqueda constante de la auténtica felicidad, sino que te brindamos recursos para abrazarla de forma plena.

 

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