La realidad del ser humano no está determinada de forma absoluta por las circunstancias externas. Y, sin embargo, existen factores tan complejos que, de un modo prácticamente inevitable, condicionan a quien siente cómo se intensifica su preocupación ante el futuro. Ilusiones que se rompen, proyectos profesionales que se ponen en pausa, incertidumbre económica… El ser humano es resiliente. Y la esperanza es un alimento de superación para afrontar los obstáculos que surgen en el corto plazo, manteniendo esta mirada ante aquello que está por llegar.
Noticias felices, novedades positivas, transformaciones profundas y próximas celebraciones que, ojalá, se encuentren en el horizonte de todos aquellos que necesitan el abrazo del consuelo. ¿Cómo mantener la esperanza? Una pregunta con un significado muy profundo que, sin embargo, no se resume en un decálogo de indicaciones.
La escuela de la vida nos ofrece constantes lecciones de inteligencia emocional en la actualidad y siempre. Podemos sumar la luz de la reflexión y los sentimientos a tantas vivencias únicas e irrepetibles. Vivencias que, a veces, vistas desde la intensidad de una preocupación a corto plazo producen una perspectiva diferente a quien observa ese hecho desde la evolución del paso de los meses. Un paso del tiempo que es inherente al ritmo de la propia vida.
Estímulos de esperanza para vencer la adversidad
Existen distintas fuentes de esperanza que conviene poner en valor. La solidaridad como respuesta social. La cultura como alimento de la libertad interior. La visualización de futuros reencuentros personales. El hogar de la amistad. La observación de la naturaleza como un regalo de vida. La voz universal de la poesía que profundiza en los rincones del alma humana. El ejemplo de tantas personas que a través de su historia ofrecen un testimonio esperanzador. El encuentro con la zona de confort, pero también con el aprendizaje de aquello que hay más allá. Siente el descubrimiento del nuevo renacer de las primeras veces.
La fortaleza de tu propia compañía. La capacidad de adaptación al cambio cuando la realidad plantea nuevos interrogantes. La inteligencia emocional como un aprendizaje que podemos seguir reforzando a lo largo de nuestra vida. Y, también, la iniciativa para pedir ayuda.
La belleza sigue amaneciendo cada nuevo día. Y con cada nueva jornada también llegan otras dificultades. Dificultades que plantean la responsabilidad de tomar nuevas decisiones que, por sí mismas, son una fuente de esperanza. Pero la esperanza también surge de la comprensión que merecemos tener con nosotros mismos cuando el diálogo interior se centra en aquellos “debería” que nos generan el peso de aquello que está pendiente.
Existen palabras que tienen un significado especialmente terapéutico en tiempos de incertidumbre, por ejemplo, empatía. Abraza tu propio ser con la esperanza de saber que te tienes a ti mismo.
El consuelo de las palabras que alivian el sufrimiento
El lenguaje tiene un efecto especialmente nutritivo cuando se traslada a la experiencia práctica en forma de acciones. Cada ser humano tiene un inventario de recursos internos para reforzar la superación personal ante la incertidumbre. Pero, al mismo tiempo, también podemos sentirnos muy vulnerables ante el sufrimiento propio y ajeno. En este artículo hemos hecho alusión en diferentes momentos a la influencia de las circunstancias externas. Es importante observar el aquí y el ahora con realismo.
Pero, al mismo tiempo, también es positivo identificar otras alternativas cuando un proyecto ha experimentado un punto de inflexión. Es decir, intenta enriquecer tu universo personal con palabras que dejan espacio a los matices. Cada circunstancia de la vida, tanto el acontecimiento más feliz como un hecho triste, tiene una duración temporal. La esperanza nos recuerda la belleza del mañana que todavía está por llegar. Y trae la luz del futuro al presente más inmediato.
Quizá la esperanza nos llegue a través de un libro que llega por casualidad a nuestra vida. Pero, más allá del azar, también existe la iniciativa. Iniciativas que se concretan en objetivos específicos. En este artículo hemos profundizado en torno a la inteligencia emocional a través de la esperanza. Si te apetece alimentar este aprendizaje, Crearte Coaching ofrece el programa de formación Curso Online Especialista en Inteligencia Emocional. Un curso de 90 horas de formación en el que impulsar tu potencial y practicar nuevas habilidades.