Seguramente hayas oído o leído algo referente a la manera mejor o más adecuada de educar hoy.
Si eres padre, madre o te dedicas a la educación, es fácil que haya sido tema de conversación en alguna ocasión con amigos o compañeros.
Puede ser que tras una conversación de este tipo salgas reafirmado en que estás haciendo lo “correcto” al educar a tus hijos o alumnos. O que te pongas a la defensiva al sentirte atacado por aquellos que consideran que lo que estás aplicando no es lo adecuado. O , quizá, que puedas, en ocasiones, sentir algo de culpabilidad por haber “castigado” o dejado “sin castigar” a alguno de tus hijos o alumnos en alguna circunstancia. Ya sabes que en esto de educar va poco de “recetas” y mucho de flexibilidad y adaptación.
Me gustaría conversar hoy contigo sobre algo que quizá te puede ayudar en esta aventura de educar: reflexionar y conocer cuál es tu “estilo educativo”. Es decir, cuál es tu tendencia natural hacia alguno de los cuatro estilos que ahora te voy a exponer.
¿Para qué te sirve identificarlo?
Para que, siendo consciente de dónde estás respecto a este tema, puedas flexibilizar tu tendencia para adaptarte al estilo que sea más adecuado a la situación y necesidades de tu hijo o alumno en cada momento concreto.
Como todo “esquema” no deja de ser reduccionista de la realidad, pero nos sirve como punto de partida para poder conocernos y entendernos un poco más y poder actuar buscando lo mejor para el otro ( en este caso tus hijos o alumnos).
No hablamos de estilos “buenos” o “malos”, sino de tendencias de comportamiento en la forma de educar que conllevan una serie de consecuencias si aplicamos siempre y en toda circunstancia un mismo estilo educativo a lo largo del tiempo con nuestros hijos y alumnos.
Si imaginamos un cuadrante en el que , por un lado , tenemos dos extremos que nos hablan del tono emocional ( frío-cálido) y otro cuadrante delimitado por dos actitudes ( permisivo-exigente), podemos hablar de cuatro estilos educativos.
ESTILO AUTORITARIO:
Se mueve dentro de un tono emocional en la relación frío y una actitud exigente.
ESTILO NEGLIGENTE:
Muestra un tono emocional frío, como el anterior, pero en su actitud se muestra permisivo.
ESTILO PERMISIVO:
El tono emocional de este estilo educativo es cálido, y su actitud es permisiva.
ESTILO RESPONSABLE:
En este estilo, el tono emocional es cálido y la actitud es exigente.
Cada uno de estos estilos tiene unas consecuencias, como decíamos arriba, en el desarrollo de las conductas y personalidad de nuestros hijos o alumnos.
Ser consciente de tu tendencia personal te puede ayudar a equilibrarla. Puesto que lo ideal es tener la flexibilidad necesaria para poder utilizar el estilo educativo que requiera la circunstancia concreta y el momento personal de crecimiento y desarrollo de tu hijo o alumno.
Te invito a preguntarte en qué cuadrante permaneces más tiempo.
¿Cuál es tu tendencia natural?¿Cuándo y en qué circunstancias aplicas cada estilo (es fácil que apliques más de uno)?¿Qué ganas aplicando ese estilo educativo?¿Qué pierdes? ¿Qué ganan tus hijos o alumnos?¿Qué pierden?
Esta tendencia natural tiene que ver con muchos factores: la educación que has recibido tanto de tus padres y profesores junto con la valoración que haces de ello, tus ideas sobre lo que es “ser un buen” padre o madre asentadas en tu creencia de lo que es un padre-madre ideal, aquello que está bien o mal visto o predomina en la sociedad actual o en el contexto en el que te mueves, la manera de aplicar límites y normas, la tolerancia a la frustración , lo que te da más seguridad , tu relación con la incertidumbre,…etc.
Como arriba te he comentado, estos estilos tienen unas consecuencias en la formación de la personalidad e identidad de tus hijos y/o alumnos si se aplican de manera constante y única.
Sobre ello, y también sobre el estilo educativo predominante en la sociedad actual y las consecuencias que conlleva, hablaremos en el próximo artículo del blog.