Actualmente, muchos profesionales se forman en el ámbito de la oratoria para ganar seguridad en el arte de hablar en público. Del mismo modo, muchos de los aprendizajes adquiridos en cursos sobre inteligencia emocional ponen el foco de atención en el encuentro con el otro: diálogo, asertividad, empatía, escucha activa… Eso no significa que no se profundice en uno mismo, todo lo contrario. El autoconocimiento, la introspección, el bienestar emocional y el descubrimiento personal están en la base de formaciones especializadas. Sin embargo, en ocasiones, el alumno se pone en un segundo plano a sí mismo o no dedica tanta atención a su propio diálogo interno. Un diálogo que está allí, de una forma recurrente, transmitiendo un mensaje. Un mensaje que puede ser constructivo, realista y agradable o, por el contrario, producir heridas, daño en la autoestima y vacíos significativos. ¿Cómo ser más amable contigo? Diálogo interno: cómo hablarte mejor a ti mismo.

1. Las palabras pueden ser semillas de esperanza

El significado de las metáforas puede ayudarte a visualizar el alcance de la cuestión con más claridad. Podemos establecer una comparación entre las palabras y las semillas. Las palabras también pueden alimentar un fruto positivo. En relación con el bienestar y el autoconocimiento, las palabras que nutren aportan claridad, luz, seguridad, esperanza, bienestar, armonía, serenidad… El diccionario es muy amplio, puedes enriquecer tu vocabulario constantemente. En consecuencia, selecciona de forma intencional palabras que te protegen en lugar de herirte.

2. Olvídate del qué dirán o las expectativas ajenas

A veces, el diálogo interno está contaminado por el impacto de las expectativas ajenas sobre uno mismo, el miedo al qué dirán o la construcción de una imagen basada en una apariencia que no es verdaderamente auténtica. Quítate todas esas capas y corazas y sal al encuentro de ti mismo a través del amor, la aceptación, la protección, la amabilidad y la armonía. A veces buscamos en la comunicación con los demás, factores que también podemos darnos a nosotros mismos (pero tenemos que aprender a hacerlo). No es fácil tener un diálogo interior consciente de forma constante. Sin embargo, sí puedes buscar espacios concretos para cultivar esta perspectiva.

3. Escribe una carta a tu niño herido, a tu yo actual o a la persona que llegarás a ser

¿Cómo cultivar un diálogo positivo y constructivo a través de un proceso de escritura? La carta es un buen formato para ello. Y, en relación con el destinatario de la carta, puedes dirigirte a tu niño herido, a tu yo actual, a la persona que llegarás a ser o cualquier otra perspectiva de ti mismo con la que necesites iniciar un diálogo. Evita el reproche, la crítica constante, el ataque personal como si estuvieras hablando con tu enemigo (así nos tratamos en diferentes momentos). Diálogo interno: cómo hablarte mejor a ti mismo, con amabilidad y respeto. ¿Qué otras claves puedes aplicar? ¡Sigue leyendo!

4. Conecta con el amor que das y recibes

El amor se experimenta de distintas formas. En ocasiones, se potencia desde la perspectiva de la generosidad, la iniciativa, los actos de bondad y la búsqueda de trascendencia. Sin embargo, tu capacidad de amar también se alimenta mediante todo aquello que recibes de los demás. A veces, no es fácil mantener la confianza, la esperanza y la apertura emocional para conectar con el otro. Existen heridas que producen bloqueos, corazas y barreras. Y estas corazas pueden volverse más intensas todavía a partir de la edad, puesto que el riesgo de acumular diferentes experiencias negativas también aumenta. Pues bien, conecta con el amor como componente esencial de la naturaleza humana a través del perdón, la ayuda, las segundas oportunidades, la reconciliación, la colaboración, la amabilidad…

5. Corrige el tono y las palabras cuando sea necesario

La capacidad de rectificar es clave en las relaciones con los demás, pero también tiene un claro significado en el vínculo con uno mismo. Ojalá que tu diálogo interno avance y evolucione hacia un balance cada vez más positivo. Sin embargo, recuerda que en aquellos momentos en los que el tono no ha sido el adecuado, no te has dado la atención necesaria o no has utilizado las palabras correctas, puedes rectificar. Ese gesto marca un punto de inflexión porque, cuando se entrena de forma regular, llega a convertirse en un hábito de autocuidado.

6. Pon límites a los demás cuando no te hablan de la forma adecuada

En ocasiones, la forma en la que una persona se habla a sí misma también refleja la imagen que ha construido de sí misma a partir de palabras que ha recibido por parte de los demás. La memoria de las vivencias de la infancia o la adolescencia puede ser un reflejo de ello cuando existen heridas emocionales que no se han superado todavía. En relación con el modo en el que te tratas a ti mismo, defiende de forma asertiva tus derechos ante los demás (al igual que actúas con responsabilidad ante otros compromisos). En última instancia, no te lleves al plano personal palabras que no te definen o no te representan.

Diálogo interno: cómo hablarte mejor a ti mismo con amor y respeto. Avanzamos en esta vuelta al cole con temas vinculados con el autoconocimiento. Recuerda que nuestro catálogo de formación, integrado por programas de calidad, presenta una amplia oferta de contenidos especializados.

 

1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (Ninguna valoración todavía)
Cargando...