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La mente es como una lupa, a través de nuestra atención ponemos el foco en el lado positivo de la realidad o por el contrario, en su vertiente más negativa. Ser optimista no es incompatible con ser realista, de hecho, el optimismo sano es aquel que te permite mantener los pies en el suelo. El pensamiento positivo no es innato sino que se desarrolla y se entrena de una forma consciente.

Aprender a pensar en positivo no es una asignatura universitaria pese a que sería de gran valor contar con mayor formación emocional en los centros académicos porque no existe escuela más importante que la vida. A punto de despedir el año y con el corazón cargado de energías renovadas para dar la bienvenida a un maravilloso 2015, en Crearte Coaching te damos las claves para estrenar el calendario con diez dosis de pensamiento positivo:

1. Los fracasos no son valiosos en sí mismos sino que su valor surge de tener la capacidad de reflexionar sobre esas vivencias. A partir de una experiencia dolorosa puedes hacerte la siguiente pregunta: ¿Qué lección me aporta esta vivencia? ¿Qué recursos tengo ahora, que no tenía antes, y que podré poner en práctica en situaciones similares en el futuro?

2. Todo ser humano tiene un diálogo interior constante. En ocasiones, este diálogo interno adquiere tintes negativos. Cuando así sea, conviene cuestionar esa voz interior, ponerla en duda y no convertir esa voz en una verdad inamovible. Anota por escrito ese pensamiento negativo ya que al hacerlo, tomas distancias y es más sencillo ponerlo en su contexto.

3. Cuando tengas un mal día no te quedes encerrado en casa viendo la televisión durante toda la tarde. Puedes animarte a dar un paseo. Volverás a casa renovado y observarás la realidad desde un punto de vista diferente. Si prefieres quedarte en casa, entonces, anímate a dar rienda suelta a la creatividad que eleva el optimismo.

Puedes animarte a cocinar recetas, organizar en colores la ropa del armario, hacer algunos cambios en la decoración de tu hogar, por ejemplo, puedes cambiar la posición de algunos cuadros… La influencia del entorno sobre el estado de ánimo interior es directa. Por ello, el orden externo también potencia el orden interno.

4. Durante la primavera y el verano, es saludable caminar descalzo por el césped durante varios minutos cada día. Este sencillo placer emocional te permite conectar con la energía de La Tierra. Durante el invierno, puedes caminar descalzo por una alfombra que tengas en casa. Este ejercicio es práctico para aprender a sentir y conectar con tus raíces.

5. El contacto físico es un alimento emocional del estado de ánimo. En ocasiones, cometemos el error de situarnos en un rol de espectadores a la espera de recibir atención por parte de los demás. Sin embargo, aprender a pedir cariño te permite potenciar tu autoestima y comunicar tus necesidades ante los demás. Por ejemplo, al pedir un abrazo, tu alma se llena de la fuerza que surge del contacto interpersonal.

6. Nunca pierdas tus ganas de seguir aprendiendo porque la vida es maravillosa cuando te descubres a ti mismo como un eterno alumno. La formación constante no solo es esencial para mejorar las competencias en el plano profesional sino también, para sumar conocimiento vital que te dota de una mayor libertad y sabiduría en la toma de decisiones personales.

7. En una sociedad en la que la prisa se ha convertido en un estilo de vida, es muy importante detener el reloj durante varios minutos cada día. En concreto, te propongo el ejercicio de dedicar cada día quince minutos a no hacer absolutamente nada. Es decir, disfruta de ese delicioso placer de dar rienda suelta a la pereza.

8. Viaja con tu imaginación a través de la literatura. Un libro es un fantástico refugio emocional, un vehículo de entretenimiento que te permite potenciar tu empatía, desarrollar habilidades sociales, sumar ilusiones nuevas y conocer otras historias que, se convierten en un antídoto de optimismo. Especialmente, cuando seleccionas los libros que leer con un criterio pedagógico.

9. Deja de lado una idea irracional que limita la vida de muchas personas que se ponen la zancadilla emocional a sí mismas: “Nunca es demasiado tarde”. Siempre hay tiempo, mientras existe el ahora, para soñar, amar, vivir y sentir. Los miedos están en tu mente, no en la realidad: ¿Qué miedo está limitando tu vida de una forma negativa? ¿Qué estás dispuesto a hacer para superarlo? ¿Qué paso darás a partir desde este mismo instante para plantarle cara a tu temor?

10. Desde el punto de vista romántico, las cartas de amor conectan al emisor y al receptor de la misma a través de un mensaje que transmite un sentimiento profundo. Sin embargo, pocas personas se animan a escribir una carta de amor para sí mismas: ¿Por qué no hacerte ese gran regalo? Puedes realizar el ejercicio imaginario de escribir una carta a tu “yo infantil”. Establecer un diálogo entre el ahora y el ayer: ¿Qué le dirías a ese niño que todavía está dentro de ti?

Por Maite Nicuesa Guelbenzu
Colaboradora de Crearte, doctora en filosofía, coach y experta en inteligencia emocional.

 

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