La ayuda se extiende a través de la generosidad, la reciprocidad, la colaboración o el trabajo en equipo. Además, la ayuda también puede mostrar la petición que de forma individual plantea una persona que necesita un apoyo especializado. La ayuda incide en un valor tan relevante como el cuidado personal. Pues bien, el coaching es un proceso vital y emocional que, cuando ofrece un buen resultado, repercute en el bienestar. Y es que, la posición que adquiere el cliente durante el proceso, la definición de objetivos y el plan de acción son claves: se sumerge en un espacio de seguridad, autoconocimiento, proyección, escucha y realidad. Coaching: proceso para mejorar el cuidado de uno mismo. Por ejemplo, es clave para gestionar la incertidumbre y ayuda a mantener la atención en lo que verdaderamente es relevante.

Cuidar de uno mismo, de manera activa y responsable, también supone atender el plano de las decisiones, las relaciones personales, la realización, las expectativas, los sentimientos, los deseos… Hay instantes en los que surge la necesidad de establecer prioridades, liberar la carga mental, integrar un nuevo hábito o hacer un cambio relevante. Hay momentos de crisis, etapas complejas y realidades que pueden ser muy difíciles de gestionar. En los momentos difíciles no solo podemos encontrar recursos valiosos en el entorno, sino que también podemos dirigir la mirada hacia nosotros mismos para cultivar la calma, la sabiduría y la armonía.

El coaching y su relación con el cuidado de uno mismo: amabilidad, atención y escucha

El coaching, aplicado al cuidado personal, incide en la responsabilidad individual y en la capacidad que una persona adulta puede llegar a desarrollar para atenderse a sí misma. ¿Cuántos planes apetecibles y divertidos quedan en el aire ante la urgencia o las creencias que se alinean con la falta de tiempo? ¿Cuántos elementos van sumando un peso de notables dimensiones a la mochila emocional? ¿Cuándo juicios, barreras y bloqueos generan distancia e incomprensión en las relaciones personales? ¿Cuántos detalles pasan desapercibidos ante un ritmo de vida tan acelerado? Estas preguntas y otras cuestiones ponen el foco en aspectos en los que es posible profundizar con sinceridad mediante un proceso de coaching para implementar cambios.

Y es que, a través de la dinámica del proceso, la persona puede decidir qué quiere lograr, cuál es su motivación principal, desde qué lugar parte en esta búsqueda vital… El coaching también desvela un horizonte de formación y aprendizaje en torno a herramientas, recursos prácticos, logros, cualidades positivas, destrezas y habilidades. El coaching también puede ofrecernos el contexto y la mirada adecuada para descubrirnos de forma plena a través de nuestra sensibilidad, fragilidad, valentía, fortaleza o vulnerabilidad. Y, para desvelar la luz y la autenticidad de nuestra verdadera esencia, necesitamos cultivar la paciencia, el respeto, la constancia y la transparencia en el diálogo abierto que mantenemos con nosotros mismos y con la vida. Coaching: proceso para mejorar el cuidado de uno mismo y la armonía.

Coaching y cuidado personal: una combinación para impulsar el bienestar

En ocasiones, la falta de cuidado hacia uno mismo se desvela al hacer balance de hábitos, comportamientos y rutinas que han causado un impacto negativo. Por el contrario, aquellos cambios que de manera intencional se alinean con el acompañamiento, la amabilidad, la comprensión y el cariño generan un nuevo punto de partida. A veces, el momento adecuado para iniciar un proceso de coaching parece quedar a la espera de alguna circunstancia específica. Sin embargo, no hay ningún instante, más allá del presente, que sea tan propicio y favorable para el cuidado personal. Es ahora cuando podemos implicarnos en la prevención del estrés, en la mejora de las relaciones personales, en la atención plena, en la comunicación asertiva… Del mismo modo, aquello que no hacemos al respecto puede convertirse poco a poco en una carga.

¿Qué tipo de emociones o sensaciones vives y experimentas con más intensidad en el día a día? ¿Y qué balance realizas de la etapa en la que te encuentras y cómo te sientes? ¿Qué cuidados que consideras relevantes te gustaría integrar a tu estilo de vida y por qué? ¿Hay algún paso que desde tu perspectiva sea clave para desarrollarte y avanzar? El coaching no ofrece recetas concretas y generales para lograr la felicidad o un estado de plenitud a nivel interno. Aunque sí hay un elemento que puede adaptarse a diferentes realidades y resulta clave en la existencia: el cuidado de uno mismo. Un cuidado que ayuda a establecer límites, tomar decisiones saludables, actuar de modo coherente con los valores más elevados… El cuidado también se basa en la palabra y en el tono empleado para favorecer un diálogo interno.

Coaching: proceso para mejorar el cuidado de uno mismo con paciencia y amabilidad

En Crearte Coaching compartimos contigo este artículo para invitarte a profundizar en un objetivo que es una prioridad que tiene un alcance más elevado que otras responsabilidades que, a pesar de afrontarse con relativa urgencia, no son tan relevantes. El cuidado de uno mismo es un enfoque constructivo para aprender una filosofía de vida.

Coaching: proceso para mejorar el cuidado de uno mismo desde el aprendizaje, la atención plena, los hábitos positivos, las acciones con un propósito y los valores.

 

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