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Los profesionales que trabajan como coaches pueden especializarse en un área en concreto siendo el nivel de especialización un plus importante para el empleo.

Una vez que te has formado como Coach, puedes, dentro del área del coaching de la salud, especializarte como coach nutricional. Se trata de un trabajo que está muy vinculado con la tarea que realiza un nutricionista pero desde una perspectiva distinta.

El coach nutricional realiza un proceso de acompañamiento hacia el cliente con el fin de brindarle herramientas que le ayuden a integrar nuevos hábitos de vida sana y alimentación.

Un proceso muy importante si tenemos en cuenta que muchas personas inician con mucha motivación una dieta que abandonan a las pocas semanas al no observar resultados visibles a su esfuerzo. Desde esta perspectiva, un proceso de coaching nutricional puede ser un aliciente para afianzar un diálogo interior positivo que es clave de actitud en cualquier dieta. Por tanto, el coaching nutricional nos invita a no observar la alimentación como un proceso que únicamente tiene una influencia corporal. Cuerpo y mente interactúan en todos los planos de nuestra vida, también en la mesa.

A través de un proceso de coaching nutricional, el cliente identifica cuáles son las barreras que le impiden mantener hábitos saludables a lo largo del tiempo y elabora un plan de acción frente a ese punto débil.

Conviene puntualizar que así como el coaching no pretende robar protagonismo a la terapia psicológica que tiene una finalidad terapéutica, el coaching nutricional tampoco es sustituto del asesoramiento de un dietista.

El coaching nutricional puede ser un plus de apoyo a nivel personal para crear un entorno que facilite la integración y el mantenimiento de los hábitos propuestos por el médico o nutricionista. Algo muy importante ya que en el contexto de una dieta se producen situaciones habituales que muestran cómo puede interferir la mente en el propósito.

Así ocurre, por ejemplo, en esa lucha interior que muestra la oposición de “sí o no” relativamente frecuente en quien tiene delante una dulce tentación pero que sabe que no debe permitírsela en ese momento. Del mismo modo, también puede producirse la contradicción de que la persona sepa que debe hacer ejercicio porque es consciente de todos los efectos negativos que tiene para la salud el sedentarismo, sin embargo, siempre pospone para mañana el momento de salir a caminar.

Como en cualquier otro contexto, el coaching nutricional trabaja a partir de objetivos concretos, específicos, temporales y medibles. Por tanto, el cliente también sigue un plan de acción que tiene una dirección específica. A través de este proceso de autodescubrimiento personal, el cliente puede comprometerse más con aquello que quiere si realmente lo desea.

El coaching nutricional es una disciplina muy importante en relación con el bienestar porque el modo en el que se alimenta una persona también influye en cómo se siente a nivel físico y anímico. Factores como el estrés afectan negativamente a los hábitos de alimentación.

Uno de los sentimientos más frecuentes que experimenta una persona que no logra mantener los hábitos de dieta saludable que se había propuesto es la frustración. El coaching nutricional es una herramienta de ayuda para el cambio a través de la toma de conciencia por parte del cliente que se compromete con su proceso. El coaching nutricional está orientado a ofrecer soluciones ya que se trata de una disciplina que no mira al pasado sino hacia el presente que es donde se pueden proponer medidas orientadas a ese futuro que se quiere alcanzar.

Pero además, esta disciplina también hace visible todo el proceso emocional que experimenta una persona en un proceso de dieta y cómo estas emociones pueden afectar de un modo positivo o negativo. El coaching nutricional muestra cómo en ocasiones, es el hambre emocional el que puede llevarnos a tener una relación poco saludable con la comida. Por ejemplo, podemos picar entre horas por efecto del aburrimiento o comer un exceso de dulces como consecuencia de la ansiedad.

A lo largo de un proceso de dieta es frecuente que la persona experimente picos en su nivel de motivación pudiendo llegar a experimentar momentos de auténtico bajón. El coaching nutricional facilita un entrenamiento personal que repercute de un modo muy positivo en este nivel de motivación intrínseca al aprender a conectar con el objetivo.

Vivimos en una sociedad que no siempre crea un contexto adecuado para potenciar la salud de las personas. Largas horas de trabajo que hacen difícil la conciliación laboral. La prisa es un estilo de vida que en ocasiones podemos llegar a asumir a costa de nuestra salud, así ocurre, por ejemplo, al comer delante del ordenador. Por otra parte, podemos desaprender hábitos para adquirir otros nuevos en tareas tan rutinarias y sencillas como hacer la lista de la compra o aprender a cocinar nuevas recetas.

Por tanto, el coaching nutricional tiene una gran aplicación práctica en nuestro tiempo. Un tiempo en el que el culto al cuerpo debe ponerse en su contexto para integrar la salud en cualquier proceso de dieta y también, para cuidar la mente porque el bienestar es un concepto holístico.

 

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