La atención plena puede transformar todos los planos de tu rutina diaria. Sin embargo, incide con especial claridad en las relaciones personales. El ámbito relacional proporciona instantes muy felices, sin embargo, también se convierte en foco de dificultad, diferencias y conflicto. La mirada del encuentro con los demás, en la amistad, la pareja, la familia, el barrio o el trabajo, proporciona una vivencia diferente. La atención plena ilumina la conexión con el otro a través de la aceptación. Y es que, más allá de la perspectiva personal, el otro tiene su propio contexto. De este modo, es habitual que en torno a un escenario compartido, surjan diferentes respuestas, soluciones, propuestas, puntos de vista…

Atención plena: aceptar al otro de forma sincera

Practicar la empatía en una situación en la que los implicados están de acuerdo y comparten un mismo objetivo parece bastante sencillo. Sin embargo, hay muchos momentos que describen un ángulo diferente: conflictos, tensiones, enfrentamientos, silencios que esconden un malestar más profundo… La atención plena incide en las relaciones personales por medio del respeto, la escucha, el diálogo, la apertura, la presencia, el compromiso… Además, la atención plena conecta no solo con lo que se dice, sino que promueve la aceptación hacia el otro desde una dimensión integral. Sin que eso implique estar completamente de acuerdo con un punto de vista que es contrario a un valor importante a nivel individual.

La aceptación es un acto de sabiduría y libertad interior. Por otra parte, es una caricia agradable y constructiva para quien se siente atendido.

Cambiar las reacciones reactivas por un comportamiento más consciente y proactivo

La atención plena en las relaciones personales genera un cambio de perspectiva para cultivar los vínculos afectivos de una manera más proactiva. Por ejemplo, es una práctica muy positiva, cuando se afianza a largo plazo, para romper con aquellos patrones que se alinean con respuestas rápidas y reactivas. En lugar de reaccionar ante lo que hace, dice o propone el otro, es aconsejable fluir en las relaciones desde un comportamiento sincero y proactivo.

La práctica de mindfulness, alineada con la mejora de las relaciones personales, incide en la creación de momentos de calidad. Y es que, la implicación y el compromiso con una conversación, un encuentro o un plan va más allá de hacer un hueco en la agenda para atender un asunto específico. ¿En alguna ocasión has interrumpido una charla para atender un mensaje que no era urgente? Hay muchas escenas con las que todos podemos sentirnos más o menos identificados puesto que convivimos con múltiples distracciones. ¿Alguna vez has hecho un repaso de las tareas pendientes de llevar a cabo durante una charla con un amigo? La atención plena reduce ese tipo de ruidos para crear instantes de calidad desde el marco vital de la presencia consciente.

Construir vínculos de calidad frente a la soledad no deseada

Por otra parte, la atención plena te ayuda a trascender más allá de la acción, la forma de actuar, el modo de ser o el mensaje de otra persona. Te ayuda a ser más consciente de cómo te sientes tú cuando un hecho específico te genera cierta incomodidad. Las relaciones personales sólidas y estables, así como la capacidad para crear nuevos vínculos, aportan alegría y bienestar. Por el contrario, las relaciones efímeras que se rompen con facilidad y los lazos superficiales dejan la sensación de carencia que queda tras lo que pudo llegar a ser. En consecuencia, la atención plena, al mejorar la conexión con uno mismo y con los demás, mitiga la soledad no deseada.

Inteligencia emocional en empresas y equipos de trabajo

La atención plena supone un aprendizaje muy notable en un entorno en el que la velocidad es constante. Sin embargo, detenerse puede marcar un punto de inflexión en la forma de afrontar los lazos de amistad, familia, pareja, convivencia o trabajo. En relación con el ámbito empresarial y profesional, el enfoque de la atención plena ayuda a orientar la mirada hacia lo humano en proyectos de colaboración. Es decir, es una mirada amable que incide en la protección, la apertura, el entendimiento, la cercanía, la inteligencia emocional, la escucha…

El mindfulness, además  de otras disciplinas vinculadas con el desarrollo personal y la inteligencia emocional, ocupa una posición destacada en nuestro catálogo de formación. En Crearte, también te invitamos a cultivar la mirada y los valores de una atención plena que conecta con la plenitud del ser. Y el Curso de Inteligencia Emocional y Atención Plena, que va a comenzar en Crearte el 9 de octubre en su modalidad online y el 6 de noviembre en su modalidad presencial, proporciona recursos muy prácticos para impulsar el autodescubrimiento.

Quizá creas que en la etapa en la que estás actualmente no puedes detenerte realmente para comprometerte con la atención plena a largo plazo. Y, sin embargo, la atención plena se cultiva de manera consciente incluso en breves instantes en los que los minutos parecen lograr un mayor impacto.

 

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