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La acumulación de estrés se convierte en una desagradable sensación durante la jornada laboral. El trabajador tiene la sensación de ir contrarreloj la mayor parte del tiempo en lugar de gestionar las tareas de un modo proactivo. El estrés suma un cansancio añadido al propio trabajo en la oficina. En la recta final de año, son muchos los profesionales que hacen balance de su situación laboral con el objetivo de poder hacer ajustes, cambios y modificaciones en su rutina para incrementar el bienestar.

¿Cómo utilizar la PNL para reducir el estrés? A continuación, te propongo los siguientes ejercicios:

1. Imagina una situación de tu vida profesional en la que te sentiste plenamente feliz y realizado. Cierra los ojos, respira profundamente e intenta recrearte en las sensaciones de aquel momento (sensaciones que vienen a tu presente a través de esta recreación). Proyecta tus fortalezas de aquel momento en las situaciones que actualmente te producen estrés y que quieres superar: ¿Qué admiras de ti mismo en aquel momento y qué puedes hacer para que afloren en el presente esas capacidades que están en ti?

2. Al menos tres días por semana, te propongo realizar el ejercicio de despedir la jornada anotando en tu diario tres momentos cotidianos en los que te has sentido bien contigo mismo. ¿Qué factores han dependido de ti en esos momentos? Enumera una lista con dichos aspectos para aumentar tus recursos personales ante aquellas situaciones que te producen estrés.

3. Cuando sentimos estrés podemos utilizar la evitación como un mecanismo de defensa para no hacer frente a ese malestar que sentimos cuando estamos en tensión emocional. De este modo, se produce el miedo al miedo. Lo más importante para reducir el estrés en el trabajo es permanecer en movimiento, es decir, buscar el descanso que nos da en ciertos momentos la seguridad de estar en la zona de confort pero saliendo en otros muchos momentos hacia la zona de aprendizaje. Salir de la zona de confort y la experiencia práctica es vital para entrenar los recursos personales frente al estrés. Por muchas capacidades que tengamos las personas, este potencial se reduce si no ponemos en práctica nuestros recursos.

4. Analiza cuál es tu mapa del mundo y cómo te relacionas con el entorno: ¿Percibes el medio como una amenaza externa? Entonces, la respuesta lógica ante esta amenaza es la posición de defensa y el estrés puede ser un mecanismo. Por tanto, para cambiar tu estado emocional y lograr aumentar la tranquilidad interior debes replantearte tu posición en tu empresa y cómo puedes cambiar la perspectiva. Piensa en un compañero de trabajo al que admiras por su carisma, una persona que transmite seguridad y confianza en sí misma: ¿Qué puedes hacer tú para modelar esas actitudes?

Es importante cambiar la perspectiva para observar el entorno de trabajo no como una amenaza sino como una oportunidad de desarrollo personal. Aumentamos las oportunidades cuando en lugar de estar focalizados en el conflicto, nos centramos en las soluciones.

5. Cuando el estrés se prolonga en el tiempo más allá del hecho puntual que lo causó, es importante que intentes identificar las imágenes recurrentes que vienen a tu mente acompañadas de unas sensaciones e ideas que no te hacen sentir bien. Modificar de una forma consciente dichas sensaciones a través del recuerdo de otros momentos en los que has tenido percepciones opuestas de bienestar es un buen modo de romper esa dinámica de estrés emocional.

6. Las personas sufrimos más estrés por la interpretación que hacemos de los hechos que por la realidad en sí misma. En este tipo de casos, es recomendable que te hagas está pregunta: ¿Qué creencias están alterando tu interpretación de la realidad para que consideres ese hecho que te preocupa un problema que afecta a tu bienestar? Anota por escrito esas creencias y lo más probable es que cuando puedas visualizarlas, te des cuenta de que tu realidad cambia en el momento en el que tú cambias. Y este enfoque que es tan importante, es el que más suele costar a aquellas personas que se posicionan como meras víctimas de un contexto difícil. Puedes utilizar la frase “el mapa no es el territorio” como un anclaje que te permite recuperar la perspectiva cuando estás quedando encerrado en una interpretación parcial de los hechos, y sin embargo, te sientes bloqueado al haber hecho de esa interpretación una realidad.

5. Actualmente, puedes ver en cartelera la película El Becario protagonizada por Anne Hathaway y Robert De Niro. Una película que reflexiona sobre las dificultades de la conciliación laboral, el estrés y el éxito. A través del cine, también podemos interiorizar mensajes de felicidad que podemos aplicar a la vida.

6. Participar en un curso de PNL en una escuela de coaching es una medida de aprendizaje importante para adquirir nuevos recursos.  Algunas personas son muy exigentes consigo mismas y detrás del estrés también puede haber grandes dosis de culpa. Es recomendable que si te sientes estresado pienses que has actuado lo mejor que has sabido en cada momento.

7. La PNL tiene mucho que ver con el lenguaje y la lingüística. Desde esta perspectiva, existen palabras que resultan especialmente propicias para generar el estrés. Una de ellas es “tengo que”. A partir de ahora, intenta modificar tu diálogo interior para cambiar esta expresión por la fórmula “quiero”. Mientras que la primera opción produce la sensación del peso de una obligación, por el contrario, el mensaje “quiero” transmite la convicción de una decisión.

8. No sientas estrés por los fracasos ya que no existen las derrotas profesionales sino el feedback de la realidad que te aporta una información básica para tu desarrollo personal.

9. El cuerpo también comunica estrés a través de su propio lenguaje. Es importante que cuando vayas a afrontar una situación que te supone un esfuerzo extra a nivel emocional, pongas atención en el lenguaje de tu cuerpo para adoptar una postura correcta. Intenta caminar con la espalda recta y mirar al frente.

10. Enuncia tu propósito de dejar de sentirte estresado de una forma positiva. Por ejemplo, puedes marcarte esta premisa: “Quiero sentirme tranquilo en el trabajo”. También puedes realizar el ejercicio de escribir una historia utilizando metáforas que te ayuden a encontrar inspiración en esa historia. Para ello, puedes escribirla pensando que después vas a enviarla a un amigo que está sufriendo estrés: ¿Qué historia podrías contar para ayudarle a cambiar su perspectiva?

 

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