La distancia existente entre el instante actual y un próximo objetivo puede estar condicionada por numerosos elementos. Sin embargo, algunas de las barreras y resistencias con las que convivimos están muy integradas en la forma de afrontar e interpretar la realidad. Y el pensamiento negativo, que produce tantas preocupaciones y emociones incómodas, puede interponerse en las metas más importantes. Y no solo en relación con el logro que supone llegar hasta ese objetivo deseado, sino que el pensamiento negativo es una carga y una fuente de desánimo durante el camino. Si quieres conseguir un horizonte personal o profesional que ahora mismo te parece difícil de alcanzar, recuerda que no conocerás la respuesta si no lo intentas.
Cómo pasar del pensamiento negativo a una visión más optimista: dirige la atención a la meta
Cada intento, más allá de influir en tu expansión y transformación personal, produce frutos que vas a desvelando a través del autoconocimiento. Y es que, cuando más allá de la resistencia, la desmotivación o las dudas que produce el pensamiento negativo, te das la oportunidad de actuar y avanzar, compruebas que algunas de esas creencias se desvanecen. Sencillamente, porque tu propia experiencia te ofrece una perspectiva distinta de ese discurso negativo que, en momentos de gran intensidad, puede derivar en el bucle repetitivo de un disco rayado.
Sin embargo, cuando tomas acción, cuando das pasos para avanzar más allá del punto en el que te encuentras, ocurren cosas. Y no solo tu mundo personal sino que la propia realidad se va enriqueciendo a tu paso. Porque surgen nuevos matices, caminos, esperanzas y oportunidades.
Amplía el mapa de acción: valora otras posibilidades
¿Cómo afrontar el pensamiento negativo para lograr un objetivo? Incluso cuando el camino parece muy largo, existe una fórmula sencilla para avanzar: paso a paso. Y cada paso puede alinearse con una intención, un sentido, una finalidad y un propósito. ¿Hacia dónde diriges tu atención cuando experimentas el peso del pensamiento negativo? Si te centras en el pensamiento en sí mismo, lo potencias y lo alimentas. Por el contrario, si llevas tu mirada a la meta o te centras en lo que vas a hacer hoy, la perspectiva cambia.
Los pensamientos negativos parecen avisarnos de aquello que no somos capaces o de lo que puede salir mal. Suelen estar muy vinculados con la huella de experiencias previas, las creencias limitantes, la culpa o la baja autoestima. Los pensamientos negativos se centran principalmente en opciones y situaciones que interfieren en la misión que quieres realizar, en lugar de impulsarte hacia tu objetivo. Pues bien, no te quedes con el plano de esa visión desdibujada y limitada de lo que puede pasar. Haz una lista con otras posibilidades que son totalmente alcanzables y viables.
Vive lo que está pasando ahora mismo, en lugar de anticipar lo que crees que va a ocurrir
La conexión con el presente incide en la calidad y la claridad de las vivencias. Mientras que el pensamiento negativo produce una alarma y una desconfianza, la confianza crece por medio del encuentro con el ahora. Cuando imaginas una situación compleja, experimentas un sufrimiento que es totalmente real a pesar de que objetivamente ese escenario no se haya concretado en una experiencia directa. Aunque el momento actual no te guste en toda su extensión, es perfecto en su esencia. Agradece desde la sencillez esos instantes de calma, armonía, crecimiento o aprendizaje.
¿Cómo afrontar el pensamiento negativo para lograr un objetivo personal o profesional? Si pones en perspectiva muchos de los logros que ya has alcanzado en tu vida, descubrirás que esas experiencias también te han dado lecciones para avanzar a pesar del pensamiento negativo. Y es que, aunque aquello que dice en determinados momentos parece muy cierto para uno mismo, conviene poner en duda su mensaje. Cuando pones en duda aquello que te transmite el pensamiento negativo, lo debilitas.
Conclusión: afronta el pensamiento negativo a través de la resiliencia
Podemos perder una energía muy valiosa al estar inmersos en la preocupación y el pensamiento negativo. Pero no controlamos todo lo que pasa por nuestro interior. Por ello, es esencial no intentar reprimir ese pensamiento que, cuando está acompañado por un juicio negativo, produce una emoción desagradable.
En el camino hacia un reto personal o profesional pueden aparecer múltiples factores externos o internos. En una visión idealizada de una situación compleja, no tendría tanto sentido hablar del pensamiento negativo. Pero es en momentos clave de la vida real, donde surge la vulnerabilidad y la resiliencia. Porque el instante toca tu corazón y tu existencia de cerca.
El coaching, la inteligencia emocional y los recursos que ponemos a tu disposición en Crearte, pueden potenciarte para lograr tus metas. El pensamiento negativo puede llegar a transformarse en un desafío diario al que es posible debilitar y vencer a través de hábitos, rutinas, acciones y un cambio de mentalidad que alimenta la confianza personal.